La dirección de Iberia y los sindicatos representantes de la huelga se han reunido hoy para intentar llegar a un acuerdo para acabar con la protesta. Diez minutos ha durado la conversación y ha terminado sin ningún acuerdo, por lo que la huelga continúa.
Desde el lunes, la huelga de Iberia no sólo paraliza la actividad en la compañía sino también en el día a día de la T4. Estos son los daños colaterales de la protesta: menos trabajadores, más policía y menos clientes. Este efecto dominó se hace notar en tiendas y comercios desde hace tres días.
Encontramos ejemplos en farmacias, donde las ventas se han reducido a la mitad. De la misma forma, el dueño de una administración de loterías nos asegura que "al no haber trabajadores, todo el mundo mira al techo".
Los datos hablan por sí solos. Por la terminal pasan alrededor de 75.000 pasajeros, pero sólo esta semana la huelga ha afectado a 70.000 clientes, alrededor del 90%. Es por esto que los dueños de las pequeñas tiendas dicen que la imagen con la que se encuentran es inédita.
No todo es malo. La zona de restauración sería la única que se salvaría de la situación que se está viviendo en el aeropuerto estos días. Son los únicos que tienen más clientes gracias a los vales de comida que Iberia da a los pasajeros sin vuelo.
La situación no parece mejorar. Los trabajadores pretenden evitar el ajuste que quiere llevar a cabo la compañía y que implica el despido de unos 3.800 trabajadores. Si no hay marcha atrás en estas medidas, sindicatos y empleados aseguran que van a seguir la huelga durante 12 días.