Bombona
La huelga de repartidores de butano se intensifica mientras las subidas de precio agravan la crisis del sector
Los representantes de la Federación Española de Distribuidores de Gases Licuados del Petróleo (Fedglp) acordaron realizar ocho jornadas de paros los días 5, 13, 21 y 29 de noviembre, así como 5, 11, 17 y 23 de diciembre.
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La huelga de repartidores y distribuidoras de bombonas de butano, iniciada el pasado 5 de noviembre y repetida el día 13, sigue sin una solución a corto plazo.
Ante la falta de avances, el próximo jueves 18 de noviembre volverán a realizar suspensiones temporales del servicio. La ausencia de diálogo con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico no solo retrasa las posibles soluciones, sino que incrementa la presión sobre un sector que lucha por sobrevivir frente al aumento de los costes operativos y la congelación de su retribución desde hace años.
"Ya en 2018 se reconoció que existe un problema regulatorio en la tarificación del servicio a domicilio. Somos invisibles al sistema porque, tras muchas promesas, no terminan de decidirse a implementar ese cambio normativo que es vital para la supervivencia del sector", explica Iago Castro, presidente de la Federación Española de Distribuidores de Gases Licuados (FEDGLP).
A esta problemática se suma un nuevo aumento del precio de la bombona de butano de 12,5 kilogramos, que se producirá mañana. La subida estará entre los 14,57 y los 16,10 euros, respetando el límite del 5 % de variación respecto al precio actual.
Este incremento, habitual durante los meses de invierno por la alta demanda debido al frío, impacta directamente a empresarios como Álvaro Rueda, dueño de un bar en la localidad sevillana de Tomares. "Normalmente descargamos unas 9 bombonas de butano a la semana, lo que supone unos 150 €. Esta subida nos afectará bastante", señala Rueda.
Sin embargo, Castro aclara que el precio de la bombona no influye directamente en las distribuidoras. A diferencia de lo que la gente cree, que suba o baje el precio de una bombona nos es indiferente. La fórmula que define el precio depende de múltiples variables, como los fletes, el coste del euro-dólar o el precio del petróleo. La parte más pequeña de esa tarta son los costes de comercialización y reparto. Para que os hagáis una idea, este año la retribución por la entrega y recogida de una bombona clásica ha aumentado solo un céntimo por botella.
A pesar de los paros, desde la organización sectorial aseguran que se garantizará el suministro a puntos de venta y servicios esenciales como hospitales, residencias de ancianos y colegios. No obstante, no se realizarán entregas domiciliarias a particulares ni a empresas durante las suspensiones.
Desde FEDGLP hacen un llamado urgente al Ministerio para que abandone su postura de evasión y convoque de inmediato una mesa de diálogo en la que participen todos los actores afectados. Advierten que, de no ser así, las suspensiones continuarán en las próximas semanas. Este escenario, lejos de beneficiar al usuario, compromete el acceso a un suministro energético esencial para millones de hogares en España.
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