La Bolsa española ha perdido este lunes el nivel de los 9.500 puntos tras caer un 2,10 %, su décima sesión consecutiva de descensos, en la que es su peor racha desde marzo de 1990, hace más de 25 años, cuando los mercados acusaron la descomposición de la Unión Soviética.
Con la prima de riesgo en 114 puntos básicos, el principal indicador del mercado nacional, el IBEX 35, ha bajado 202,20 puntos, equivalentes a ese 2,10 %, hasta cerrar en 9.428,50 puntos, niveles de septiembre pasado, arrastrado por la caída del barril de petróleo Brent, que ha llegado a cotizar por debajo de 37 dólares.
Eso explica que Repsol haya caído un 3,89 %, aunque el resto de los grandes valores se han anotado igualmente pérdidas, en el caso del Banco Santander, del 3,52 %; en Telefónica, del 3,08 %; BBVA, el 2,75 %; Inditex, 1,92 % e Iberdrola, 1,08 %.
Pese a la caída de este lunes, la Bolsa española comenzó la sesión al alza y de hecho a mediodía subía un 0,71 % y se acercaba a los 9.700 puntos, animada por el avance de las plazas europeas, que se apoyaban en parte en el crecimiento de la producción industrial china y de sus ventas minoristas en noviembre.
Sin embargo, varias han sido las causas para que las subidas se tornaran en pérdidas y se ampliara la racha bajista en las bolsas mundiales, ya que al abaratamiento del petróleo y la posible subida de tipos por parte de la Fed, se unía la apreciación del euro y la caída del yuan chino frente al dólar.
El ministro de Economía se ha pronunciado
En cuanto al descenso en el precio del crudo, el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha explicado que tiene su lado bueno porque "ayuda" a la economía española y supone un ahorro que se va a reflejar en la balanza de pagos e incrementará la renta disponible de las familias, además de reducir el coste para las empresas.
De Guindos también ha evaluado la posible subida de tipos de la Fed esta misma semana, que aunque ya se descuenta, está generando nerviosismo en los mercados ante la duda de qué pasará posteriormente.
Por su parte, la depreciación del dólar frente al euro está afectando negativamente a las empresas exportadoras en Europa, pero al mismo tiempo trae aparejada la caída de otras divisas, especialmente de los países emergentes, lo que lastra la cotización de las compañías españolas con más presencia en el exterior.