¿Cuántos somos? ¿De dónde somos? ¿Qué hacemos? ¿Estudiamos o trabajamos? Estas son algunas de las preguntas a las que cada 10 años responde el censo de población y vivienda. Se trata de una radiografía de nuestra realidad demográfica y social con más de 300 años de antigüedad. Mucho ha cambiado el método de recuento de los ciudadanos desde el primer censo, que data de finales del siglo XVIII. La tarea de recopilar los datos de aquel documento se encomendó a los obispos. Curiosamente, en aquella época el recuento final no se hizo en número personas o de individuos, sino en número de almas.
Durante décadas, miles de agentes censales han recorrido casa por casa la geografía española con el fin de censar a la población. Para la elaboración del censo del año 2001 se vistaron 17 millones de viviendas. Ahora, esta imagen pasa a la historia. El nuevo censo aprovechará la información que ya existe en registros como los del padrón, la Seguridad Social o la Agencia Tributaria. Esta medida facilita la tarea por que evita tener que llamar a la puerta de los hogares españoles, sino hacerlo solamente en 1 de cada 8 casos.
En total, son algo más de 2 millones los hogares seleccionados. En estas viviendas ya han recibido una carta del INE en la que se les pide que rellenen el cuestionario censal a través de Internet. Otra novedad del nuevo censo es que, por primera vez, se incliuirá la georreferenciación de los edificios. Un nuevo sistema que permite obtener información como, por ejemplo, cuñanta gente vive a 100 metros de la playa o a cien metros a la redonda de una determinada plaza o calle. A partir de 2013, empresas y particulares podrán tener acceso a los resultados del censo.