"El Consejo Europeo acaba de acordar el nombramiento de Mario Draghi como nuevo presidente del Banco Central Europeo (BCE)", ha anunciado el presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en su cuenta de Twitter.
Finalmente, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, no ha cumplido su amenaza de bloquear el nombramiento de Draghi. Francia ha exigido garantías de que el otro italiano en el comité ejecutivo del BCE, Lorenzo Bini Smaghi, cuyo mandato expira en 2013, abandonará ya su cargo y dejará paso a un francés.
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ya ha pedido a Bini Smaghi que deje su puesto en el BCE pero éste se ha negado hasta ahora y no puede ser obligado porque el Banco es independiente. El Gobierno italiano baraja nombrarlo presidente de la autoridad de competencia para resolver el bloqueo.
En su examen ante la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara, que respaldó su candidatura este jueves, Draghi se alineó sin fisuras con la postura del BCE a favor de subir de forma preventiva los tipos de interés para combatir la inflación y en contra de una reestructuración suave de la deuda de Grecia.
Aspirante favorito de la UE
Desde la retirada en febrero del candidato alemán, el expresidente del Bundesbank Axel Weber, por su discrepancia con el programa de compra de deuda del BCE, Draghi ha sido considerado de forma casi unánime en toda la UE como el aspirante favorito por su preparación y experiencia.
Sin embargo, la canciller alemana, Angela Merkel, buscó hasta el último momento alternativas ante el temor de que sus votantes no aceptaran a un candidato procedente de Italia, país considerado allí inflacionista, al frente de la autoridad monetaria europea.
Pero Sarkozy decantó la elección al apoyar por primera vez públicamente a Draghi el pasado 26 de abril, después de que el italiano diera una serie de entrevistas en diversos medios europeos exhibiendo sus credenciales antiinflacionistas.
Además de gobernador del Banco de Italia desde 2006, Draghi, de 63 años, es el presidente del Consejo de Estabilidad Financiera, el órgano al que el G-20 ha encargado la elaboración de un nuevo marco financiero para evitar futuras crisis.
Entre 2002 y 2006 fue vicepresidente para Europa de Goldman Sachs, el banco de inversión que ayudó a Grecia a maquillar sus cifras de déficit y deuda. Tanto la entidad como Draghi han negado que estuviera al tanto de estas operaciones.
Entre 1991 y 2001, fue director general del Tesoro italiano y presidente del comité de privatizaciones, cargo en el que se mantuvo con 10 Gobiernos diferentes. Se considera que durante esta etapa jugó un papel clave en la entrada de Roma en el euro.