El partido Socialista francés y sus aliados han ganado la primera ronda de las elecciones parlamentarias y parte con toda la ventaja para ratificar la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional en la segunda vuelta de la semana que viene, según los medios franceses de acuerdo con las últimas estimaciones con más de un 90% de los votos escrutados.
Los socialistas del presidente François Hollande han conseguido el 29,3% de los votos frente al 27,1 de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), con un índice de abstención del 42%. El Frente Nacional de Marine Le Pen obtendría un 13,7%, según datos del Ministerio del Interior recogidos por 'Le Figaro'.
Este porcentaje, traducido a escaños, concede al bloque liderado por los socialistas entre 283 y 329 escaños, lo que podría garantizarles los 289 escaños necesarios para obtener la mayoría absoluta en la cámara de 577 asientos. UMP y sus aliados conseguirían entre 210 y 263 escaños, por entre 0 a 3 escaños del Frente Nacional
El primer ministro, Jean-Marc Ayrault, sale ya de estos comicios con su acta de diputado bajo el brazo, ya que en su circunscripción de Nantes (oeste) logró superar el 57 % de los sufragios.
Tras conocer los resultados de esta primera vuelta, Ayrault reclamó que los franceses voten a los socialistas pues, dijo, "hace falta una mayoría en la Asamblea, porque sin ella no se podrán votar las reformas" de su Gobierno. Al menos otros cuatro ministros de su Gobierno también salen de esta ronda con su escaño conseguido, según los primeros recuentos de votos, y de esta manera se aseguran la permanencia en el Ejecutivo, puesto que su victoria en las legislativas es condición para continuar en el equipo de Ayrault.
El secretario general de la UMP, Jean-François Copé, se apresuró a manifestar su satisfacción por los respaldos obtenidos por el partido conservador y también a dejar claro que no habrá pactos para la segunda vuelta con los candidatos del Frente Nacional. La dirigente del FN, Marine Le Pen, se mostró muy satisfecha de los resultados logrados por su partido en la circunscripción de Hénin-Beaumont, donde logró derrotar al candidato de la extrema izquierda, Jean-Luc Mélenchon, quien denunció que "Le Pen ha vampirizado a la derecha".
El candidato del Frente de Izquierdas, cuarto en las pasadas elecciones presidenciales que ganó el socialista François Hollande, acabó tercero en el feudo electoral de la ultraderechista Le Pen, a quien había decidido desafiar en sus propias tierras. La líder del FN, por su parte, reclamó para sus compañeros de partido en la segunda vuelta el acceso por fin a la Asamblea Nacional, tras 25 años de ausencia, aunque los sondeos de momento no le garantizan, con los resultados de la primera vuelta, obtener un escaño en la Cámara baja. Fiel a su lenguaje populista, Le Pen aseguró: "El próximo domingo, el pueblo entrará en la Asamblea".
La líder ultraderechista destacó "la resistencia" de su formación pese "al incremento de la abstención y a un sistema de escrutinio injusto" y destacó que el FN se confirma como "la tercera fuerza política del país". Le Pen se mostró convencida de poder defender desde la Asamblea sus valores de "lucha contra la inmigración, de preferencia de los nacionales en el acceso a la sanidad y a los servicios públicos y de defensa de la soberanía de Francia". E hizo un llamamiento a los franceses a no fiarse "de las opciones arcaicas" y a apoyar a los candidatos de su partido que se han clasificado para la segunda vuelta.