El expresidente de la Generailtat Jordi Pujol ha asegurado tener sentimiento de culpabilidad "por miedo, desidia, ligereza y debilidad", pero no por codicia tras haber cometido una falta que considera que no debería haber cometido, en alusión velada a su confesión de fraude fiscal.
En un escrito en el blog Associació Serviol, de octubre de 2015 y titulado 'Tres ámbitos en convulsión. Catalunya, Espanya, Europa', admite que le resulta difícil superar el estado de ánimo en el que se encuentra, pese a que se esfuerza en ello: "Intento resistir la ofensiva de desprestigio que me vuelcan encima".
Según Pujol, esto se podrá dilucidar en su momento, pero reconoce lo que realmente le angustia: "El sentimiento de culpabilidad me viene de que, no por codicia, pero sí por miedo, desidia, ligereza y por debilidad, he cometido una falta que no debería haber cometido, que creo que en su momento se reconducirá".
Sin embargo, asegura que su objetivo es hablar sobre "Catalunya, Espanya y Europa", tres ámbitos de acción a los que quería y dedicó gran parte de su vida porque le ilusionaban, pero que ahora se le hace "difícil, o imposible" hacerlo desde un punto de vista objetivo y subjetivo.
"Y no sólo por el estado de ánimo y problemas personales, también, y mucho, porque realmente en todos tres se ha hecho objetivamente difícil trabajar con ilusión y eficacia, con entusiasmo y ambición", añade en el escrito, que en su título precisa que ha estado escrito nueve meses antes del brexit y de las dos últimas elecciones españolas.
"Fidelidad a Catalunya". El expresidente catalán resalta que su primera fidelidad ha sido y es Catalunya, y que trabajó para el reconocimiento de una Catalunya en el marco español y europeo, aunque constata que ahora ya no es su objetivo porque España no ha tenido una actitud "abierta" hacia el reconocimiento de la identidad catalana.
Para Pujol, esto le afecta personalmente porque trabajó en favor de un proyecto colectivo en Cataluña que ha contribuido durante más de 40 años al progreso general español, "pero ahora mi capacidad de hacer una contribución positiva ya no existe. Confío en que otros lo harán, y lo deseo".
En relación a la evolución europea, ha destacado que se rebela ante la idea de una decadencia de Europa porque cree en sus valores: "Sigo teniendo fe en Europa. Quiero creer que la UE había sido una historia de éxito y que sigue siendo verdad. Ahora está amenazado, pero aún real".
A su juicio, Europa es un valor universal y un referente, lo que hace que sea más necesario y urgente que superes sus crisis, y para ello considera que sería necesario reforzar su liderazgo en el terreno político, ideológico, cultural y espiritual porque "ahora lo ejerce demasiado en solitario Alemania, y honestamente hay que aceptar que en gran parte esto es así porque todo el mundo se esconde".