Compras impulsivas

Los jóvenes lideran las compras impulsivas pese a la incertidumbre económica

Los jóvenes encabezan la lista de los compradores impulsivos, se dejan llevar por la mentalidad de "vivir el momento", a pesar de tener un futuro económico incierto.

Tiendas de ropa

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Comprar es un hábito que ejercemos casi a diario, y no nos referimos solo a la adquisición de alimentos básicos. Darse un capricho de vez en cuando está bien, pero el problema surge cuando la necesidad de comprar se convierte en un impulso incontrolado.

Los jóvenes, especialmente la Generación Z y los Millennials, encabezan la lista de compras impulsivas, invirtiendo en ropa, electrónica y viajes. Son generaciones que priorizan el presente y la inmediatez sin reflexionar demasiado sobre el ahorro, a pesar de la incertidumbre económica a la que se enfrentan. Para ellos, prima "vivir el momento".

Laura Encina, experta en planificación financiera, explica el motivo de esta tendencia: "A veces compramos de manera impulsiva porque usamos el dinero para llenar vacíos emocionales". Con frecuencia, adquirimos productos que no utilizaremos y que terminan olvidados en un armario.

Para evitar caer en compras impulsivas, la experta recomienda aplicar la regla de los "tres días": "Es aconsejable esperar al menos 72 horas antes de efectuar la compra. Si después de ese tiempo aún sentimos la necesidad de adquirir el producto, significa que realmente lo queremos. En muchos casos, el deseo desaparece con el paso de los días".

La forma de pago también juega un papel clave para evitar compras innecesarias: "Es mejor separar nuestro dinero de la cuenta corriente y no vincular tarjetas de débito o crédito. Si para realizar un pago debemos hacer una transferencia entre cuentas, este proceso introduce un componente racional que nos hace reflexionar sobre si realmente necesitamos la compra".

El comercio online ha disparado las compras impulsivas: una de cada cinco personas reconoce haber comprado de forma irracional tras ver anuncios en redes sociales. "Cuando compramos por internet, somos menos conscientes de la transacción económica. Lo hacemos desde cualquier lugar y nos dejamos llevar por el momento sin evaluar el impacto en nuestras finanzas. Aunque muchas compras son de bajo costo, al sumarlas pueden representar una parte significativa de nuestro salario mensual".

El abuso de las compras impulsivas puede derivar en un futuro financiero inestable. Por ello, es fundamental aprender a frenar este tipo de consumo y evitar gastos innecesarios que comprometan nuestra economía.

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