Metrovacesa comenzó este martes a cotizar en Bolsa con una caída del 7,27%, dado que marcó un primer precio de 15,30 euros por acción, frente al de 16,50 euros por título que fijó para debutar en el parqué.
Este primer precio que está por debajo de la segunda banda indicativa establecida por la empresa para salir al mercado, de entre 16,50 y 17,00 euros, después de que ya rebajara el primer rango de entre 18,00 y 19,50 euros por título.
No obstante, el estreno de la inmobiliaria tiene lugar coincidiendo con una jornada de abultados descensos en las Bolsas tras el desplome registrado la víspera en Wall Street.
Metrovacesa vuelve a un mercado en el que la competencia está desatada
En las grandes ciudades como Madrid o Barcelona los agentes inmobiliarios se recorren cada piso para preguntar si queda alguna vivienda libre.
Los agentes salen a la caza de las viviendas que se ponen a la venta. "Tengo un montón de tarjetas. Pasan muchas agencias que se interesan por los pisos", asegura un portero.
En una misma calle, varios porteros reconocen que los agentes inmobiliarios les ofrecen dinero para que llamen a los profesionales en cuanto un piso se quede libre. "A mí me han ofrecido un 10% de comisión", asegura un portero de Barcelona.
La guerra de las inmobiliarias ha llegado a tal punto que también han comenzado a pagar los vecinos para que hagan de espías, una práctica perjudicial que "intoxica el mercado y perjudica a los compradores", asegura Joan Ollé, presidente de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria.
Cada vez hay menos casas disponibles y mucha competencia por quedarse las mejores por lo que algunas empresas recurren a métodos ilegales: pagar a ojeadores para que den el aviso antes de que la vivienda se publicite en algún otro sitio.