La fuga de empresas ya se produjo en otros lugares como fue el caso de Quebec o Escocia

Cuando la región canadiense de Quebec celebró dos referéndums de independencia. Fue más que un cambio de domicilio social, ya que se desplazaron miles de personas en varios años. No solo se fue el talento, también se marchó la riqueza y el paro se disparó.

Las empresas no solo cambiaron su sede social como, de momento, está pasando en Cataluña, además dejaron de producir en ese territorio y desplazaron a sus trabajadores.

De los ocho bancos de Quebec solo uno mantuvo su sede en la capital de una provincia que perdió el 30% de sus grupos empresariales. Y pasó de tener 131 grandes empresas a 94, de las cuáles 37 se marcharon para no volver.

Escocia

El referéndum en Escocia, a diferencia del de Cataluña, se pacto con la ley y se estableció un proceso de transición para reducir la incertidumbre pero las empresas y los bancos pusieron en marcha sus planes de contingencia cambiando el domicilio social a Inglaterra, poco antes de que se celebrase la consulta.

En ambos casos en la lucha por la independencia ganó el no pero el proceso si ha tenido consecuencias económicas.