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HELADAS, GRANIZO... Y AHORA SEQUÍA

La producción de uva bajará este año un 20%, lo que repercutirá en un encarecimiento del vino

La sequía no remite y cada día se agrava más la situación de las reservas de agua. Las consecuencias ya afectan a todos los ámbitos. En algunos, como la agricultura, se añaden los efectos de heladas y granizadas de este año especialmente irregular.

Este 2017 ha sido un año complicado en los viñedos: tormentas repentinas, sequía, heladas, granizo... En abril, se produjo una gran helada en plena época de brotación; en julio y agosto se unieron las granizadas y ahora la sequía no da tregua.

Para el presidente de la denominación de origen Cigales, Julio Vallés, estos cambios bruscos de temperaturas "han hecho que la cosecha haya descendido notablemente, un 33%". Esta es la cosecha de uvas más escasa en medio siglo, lo que según Juan Manrique, director de MG Wines, lleva a que este año se produzca "un incremento del 15-20% del precio de la uva".

Ribera del Duero, Rioja o Ribeira Sacra son las zonas más afectadas. Se calcula que la producción bajará un 20% y se pasará de los 44 millones de hectolitros del año pasado a unos 35 millones esta campaña.

Los expertos dicen que habrá menos vino, pero será mejor. Poca cantidad y mucha calidad es sinónimo de precios elevados. Sebi Carbajo, hostelero, ya lo está notando en su restaurante: "Hay bodegas que están subiendo 1,5 y hasta 2 euros, se nota en la factura".

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