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LA UE, PREPARADA

El Ecofin estudia el posible rescate de Irlanda y Portugal

La estabilidad económica de la Zona Euro inquieta a los organismos comunitarios. Hoy se reúnen los ministros de Economía para abordar posibles rescates financieros. Sobre la mesa, los casos de Irlanda y Portugal.

Irlanda rechaza oficialmente la ayuda, pero reconoce conversaciones con Bruselas y Portugal también ha dejado entrever que se enfrenta a un riesgo elevado de rescate.

Grecia abrió la puerta a los rescates económicos vía europea pero la situación se complica. El quebradero de cabeza es ahora Irlanda. La deuda que ahoga a sus bancos amenaza con contagiarse. Irlanda se resiste a pedir esa ayuda por el coste político que le acarrearía en las próximas elecciones pero reconoce conversaciones con Bruselas. Desde la eurozona van a presionar al país para que la acepte. El motivo es que su frágil situación podría contagiar a otras economías vulnerables en este momento.

Pero la situación de Irlanda y el posible rescate ponen en jaque a Portugal. También suenan aunque más de lejos otros países como Italia o España. El ministro de finanzas luso Fernando Teixera dos Santos ha reconocido que su país se enfrenta a un riesgo elevado de tener que acudir a la ayuda internacional. Estos dos rescates financieros van a ser el punto clave de la reunión de hoy de ministros de la eurozona. Pero la tensión también la va a poner Grecia después de que el primer ministro haya acusado a Alemania de poner en riesgo a algunas economías al exigir que si un paise entra en suspension de pagos parte de las pérdidas las asuman los bancos

La Unión Europea está preparada para salir al rescate de Irlanda en caso de que las autoridades del país, las únicas de las que depende la operación, se decidan a solicitar la ayuda de sus socios. Tras días de nerviosismo en los mercados de deuda y de rumores sobre una inminente intervención, las instituciones europeas volvieron a insistir en que Dublín no ha pedido asistencia financiera de momento.

"La UE tiene los instrumentos necesarios para proveer de asistencia (a Irlanda), si estos son solicitados y son necesarios. Pero las autoridades han dejado claro que no la han pedido y que sus necesidades financieras están cubiertas hasta el verano", dijo el portavoz de Asuntos económicos y monetarios de la Comisión Europea, Amadeu Altafaj.

Aunque ninguna institución ha confirmado de manera oficial el inicio de negociaciones para poner en marcha el plan de rescate, un alto responsable europeo, que pidió no ser citado, reconoció hoy la existencia de contactos de alto nivel encaminados a dejar listo el mecanismo para su uso si fuera necesario. Irlanda podría recurrir al fondo comunitario de 60.000 millones de euros que administra la Comisión Europea.

Este fondo forma parte del mecanismo de 750.000 millones de euros que los gobiernos europeos pusieron en marcha en mayo pasado -con el apoyo del Fondo Monetario Internacional- para prevenir una eventual suspensión de pagos de un Estado de la Eurozona. En todo caso, corresponde al Gobierno irlandés la decisión de solicitar la ayuda del mecanismo de rescate.

La citada fuente que prefiere mantenerse en el anonimato interpretó que la debilidad del Gobierno irlandés y las próximas citas electorales podrían estar influyendo en la decisión de Dublín de no solicitar por ahora el rescate, pese a la fuerte presión que está sufriendo su deuda soberana en las últimas semanas y las ingentes necesidades de financiación de su sector bancario. Aunque el sector público irlandés podría superar sus dificultades sin la ayuda de sus socios, la posibilidad de que el sector bancario se reestructure sin ayuda exterior suscita muchas dudas.

El rescate del sistema financiero irlandés, que tiene un gran peso en la economía celta, costará al Gobierno unos 50.000 millones de euros, lo que elevará la cifra de déficit público en 2010 hasta el 32% del PIB. La mencionada fuente consideró que las inyecciones de liquidez y capital que necesitan las entidades afectadas, entre ellas el Anglo Irish Bank, desbordan la capacidad del Gobierno y encontrarán difícil apoyo en el sector privado.

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