Cena de Navidad
Langostinos 'made in Castilla y León' para la cena de Navidad
Dos localidades castellanas, de tierra adentro, son una referencia nacional en el negocio del langostino. Valdorros, en Burgos, tiene el mayor cocedero de gambas y langostinos de España y en Medina del Campo, en Valladolid, existe el único criadero bajo techo del país.
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A escasos metros del vallisoletano Castillo de la Mota, en Medina del Campo, se encuentra la única instalación de acuicultura bajo techo de toda España dedicada a la cría del langostino. El puerto de mar más cercano está a más de trescientos kilómetros y, sin embargo aquí nacen, se crían y se pescan langostinos en unas condiciones óptimas.
Yolanda Patiño, responsable de marketing de Noray Seafood, recalca que se trata de un producto natural. En la producción no se utilizan sulfitos ni antibióticos, ni colorantes. las frías aguas del Zapardiel son tratadas y saladas adecuadamente para reproducir las características del agua marina. El resultado es una producción de 50 toneladas al año de langostino blanco que se destina al mercado nacional.
La empresa se encuentra en fase de expansión: están construyendo nuevas piscinas para multiplicar los resultados. Es una solución sostenible que beneficia al Medio Ambiente y con productos a un precio razonable
Tres cuartas partes de los langostinos consumidos en España proceden de Burgos
Valdorros es un pueblo situado a unos 20 kilómetros de Burgos. Tiene unos 300 habitantes, prácticamente el mismo número de trabajadores que emplea la fábrica de Gambafresh instalada en su término. Resulta sorprendente que hasta este lugar de la meseta castellana lleguen diariamente decenas de camiones procedentes de los principales puertos de España.
Beatriz Aguado, la directora comercial, asegura que las tres cuartas partes de los langostinos que se consumen en España se han elaborado en Burgos. Los cocederos funcionan sin parar y la producción anual asciende a 1.500 toneladas.
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Ahora, en fechas navideñas, están trabajando a tope. Aunque exportan a países del sur de Europa, el grueso de la producción se queda en nuestro país. Los trabajadores están acostumbrados a las caras de asombro cuando el consumidor se entera de que los langostinos tienen acento castellano: "Es tierra de secano, pero aquí hay langostinos y muchos".
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