Impulsar el sector automovilístico con un cambio de modelo tras la pandemia de coronavirus es el objetivo del plan que destinará 3.750 millones de euros a la industria del motor, básica en nuestra economía y que se presentará esta semana. Las ayudas irán destinadas a la compra de vehículos eléctricos y a fomentar la investigación.
Ese impulso al sector, muy dañado por el coronavirus, es la tónica general en Europa, donde parece que ha llegado la hora definitiva para empezar a sustituir los surtidores por enchufes.
Un ejemplo es Alemania, donde van a duplicar hasta los 6.000 euros las ayudas para que los conductores compren vehículos eléctricos.
En el Reino Unido, Boris Jonhson plantea dar 6.000 libras (más de 6.600 euros) a quien cambie un coche de combustión por uno enchufable.
Italia rebajaría esa cifra a los 4.000 euros para renovar los coches de más de 10 años por otros más eficientes, aunque sean diésel o gasolina.
Francia quiere liderar la producción de vehículos recargables e híbridos y se muestra más generosa. Las ayudas de Emmanuel Macron aumentarán hasta los 7.000 euros desde los 6.000 actuales.
La Unión Europea, en su llamada 'Recuperación verde' plantea un presupuesto de 20.000 millones en dos años. Eso permitiría a los estados quitar o rebajar el IVA de los enchufables.
Lo que se sabe hasta ahora del plan español es que cuenta con un presupuesto total de 3.750 millones de euros, incorporará una partida de 450 millones de euros destinada a la renovación del parque automovilístico español y también el de la Administración por vehículos de energías alternativas y cero emisiones y turismos con motores de combustión eficientes que cuenten con las etiquetas A o B de la Dirección General de Tráfico (DGT) y emisiones de dióxido de carbono (CO2) de menos de 120 gramos por kilómetro.