La plataforma flotante más grande del mundo ha llegado a Las Palmas de Gran Canaria. Su silueta impresiona por su tamaño: 120 metros de alto y 37.000 toneladas de peso. Es tan grande que tarda tres días en quedar atracada a unos metros del dique Reina Sofía de Las Palmas.
La plataforma está en Canarias a arreglar sus sistemas de propulsión. Un negocio, el de la reparación naval, en el que el puerto ve un gran mercado.
En determinados talleres están preparados para arreglar hélices, motores y otras piezas. Aún no saben qué les va a pedir el armador, pero calculan trabajo para 150 personas durante dos meses. Y es que aquí hay unos técnicos cada vez mejor preparados, lo que hace que los propietarios de estas enormes estructuras los prefieran cada vez más.
De aquí a febrero se espera la llegada de cinco plataformas petrolíferas más. Se calcula que cada una deja al día 30.000 euros, y no sólo en reparaciones. Unas 50 empresas de la isla se dedican directa o indirectamente al negocio del mantenimiento de plataformas petrolíferas.