La huelga de dos días de la sanidad pública madrileña se ha iniciado a las diez de la noche con unos 75.000 trabajadores convocados a los paros por los sindicatos Satse, CCOO, Amyts, CSIT-UP, UGT y USAE contra la reestructuración sanitaria planteada por el Gobierno de Ignacio González. Empleados sanitarios y no sanitarios de los hospitales y centros de salud dependientes de la Comunidad de Madrid están llamados a secundar la huelga, continuación de los paros de los días 26 y 27 de noviembre.
Desde la semana pasada, la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM), por su parte, mantiene una convocatoria de huelga indefinida, que se desarrolla cada semana de lunes a jueves. Los servicios mínimos acordados por la Consejería de Sanidad y los sindicatos, desde esta noche hasta las 22 horas del miércoles, equivalen a los de un domingo o festivo, y en los hospitales se mantiene, además, el personal que tiene guardia programada para estos dos días, como ya ocurrió en la huelga general del pasado 14 de noviembre.
Se mantienen el cien por ciento de los servicios de transporte sanitario y se trabajará al completo en las unidades de diálisis, oncología, Urgencias, cuidados paliativos, sida o trasplante de órganos, entre otros servicios con pacientes afectados por patologías especialmente graves o de riesgo vital. El objetivo de la huelga es "exigir a la Consejería la retirada del 'Plan de medidas de garantía de la sostenibilidad del Sistema Sanitario Público de la Comunidad de Madrid' incluido en los Presupuestos" regionales para 2013.
Dicho plan incluye la externalización de la gestión sanitaria de seis hospitales y la no sanitaria de toda la red pública, así como de 27 centros de salud y la Unidad Central de Radiodiagnóstico; la reconversión del Carlos III, el cierre del Instituto de Cardiología, la centralización de laboratorios, la privatización de 26 categorías de personal no sanitario y el cobro de un euro por receta, entre otros.
La Consejería de Sanidad ha advertido de que la huelga podría afectar a las citas programadas de los pacientes y ha pedido a los ciudadanos que hagan un uso responsable de los servicios de urgencias.Según los sindicatos, el plan acarreará la pérdida de unos 8.000 puestos de trabajo en la sanidad madrileña y, según el presidente de AMYTS, Julian Ezquerra, "no se libra de él ninguna categoría, sean sanitarios o no". CCOO asegura que hay "dos premisas claras" para negociar con la Consejería de Sanidad: la retirada del plan de medidas presentado el pasado 31 de octubre y del artículo 13 de la ley de modificación de los presupuestos de 2012, que prevé la desaparición de 26 categorías de personal no sanitario