El responsable de este proyecto de nuevo combustible, Benito Páramo, asegura que el ahorro por kilómetro recorrido es de un 30% con respecto al gasóleo y de un 52% si lo comparamos con la gasolina.
Suministrado a -162 °C permite reducir en 600 veces el volumen, lo que contribuye a una mayor autonomía de kilómetros sin repostar. “Tiene mayor densidad energética y puede triplicar la autonomía, por lo tanto estamos en aplicaciones de hasta 900 o 1000 kilómetros.
Financiado por la UE el proyecto busca crear una red de estaciones de suministro que permitan viajar de una punta a otra del continente. Con la implantación de las infraestructuras solo queda que se generalice la venta de vehículos con depósitos que acojan el gas licuado.