Parón en el crecimiento y precios elevados: el temor de los economistas a una estanflación por la guerra en Ucrania

Hace apenas un mes todas las previsiones económicas trataban de ponerle una cifra más o menos elevada a las tasas de crecimiento tras la pandemia. Antes de que Rusia invadiera Ucrania el Banco de España estimaba que nuestro país crecería este año un 4,5%, y el gobierno insistía en que 2022 sería el de la recuperación gracias al impulso de los fondos europeos.

Pero la guerra ha acelerado de forma vertiginosa los problemas que ya existían previamente con la energía y las materias primas, y ahora la duda no es cuánto creceremos sino si habrá crecimiento económico y lo que nos costará salir de esta situación.

Muchos expertos creen que es inminente la llegada de un proceso de estanflación, es decir, un escenario en el que el crecimiento de la economía prácticamente se detiene mientras que la inflación se mantiene en tasas elevadas. Se trata de una de las peores situaciones a las que puede enfrentarse un país ya que las consecuencias suelen ser graves y las soluciones no son sencillas.

Infación disparada

La variación de la media anual del IPC en España fue de un 3,1% en el año 2021, un incremento en la cesta de la compra que no se registraba desde 2011. Pero, lejos de corregirse, desde entonces los precios no han dejado de crecer.

En febrero el coste de la vida subió un 0,6% y elevó de golpe la tasa interanual hasta el 7,4%, su tasa más alta en 33 años. Y los economistas auguran que, si los precios del petróleo, el gas, la electricidad y las materias primas no bajan en las próximas semanas, la inflación rompería la barrera psicológica del 10%

La última vez que se alcanzaron los dobles dígitos fue hace 37 años, y también en ese caso provocado por las consecuencias de una crisis del petróleo. Se tardó varios años en salir de esa situación.

Suben los precios, crece la incertidumbre

Desde XTB, el estratega de mercados de XTB Pablo Gil asegura que "la volatilidad extrema sigue siendo la nota dominante en los mercados bajo un sentimiento de incertidumbre constante".

Estos días las bolsas de todo el mundo pasan en una misma sesión del verde al rojo con suma facilidad. Por ejemplo, este martes se vivieron escenas de caos en el mercado de metales industriales donde la cotización del Níquel fue suspendida en el London Metal Exchange tras haber registrado una subida de un 250% en tan solo dos días.

En lo que va de crisis el IBEX35 ha caído más de un 10%, y las pérdidas en el resto de bolsas europeas han sido aún mayores. Desde el inicio de la invasión el petróleo se ha encarecido un 30%, y materias como el trigo un 35%.

Consecuencias de la estanflación

Funcas recuerda que las primeras víctimas de los precios elevados son los hogares, que pierden de una forma considerable capacidad de compra. Eso supone un retroceso en el consumo privado y, en consecuencia, cae el crecimiento económico de un país. Como si fueran fichas de dominó empujándose unas a otras, todo conduce a la temida estanflación.

La situación también afecta de manera importante a los costes empresariales de la industria y la agricultura, costes que se repercuten en los precios de venta que acaban pagando también los hogares.

Desde el Fondo Monetario Internacional, su directora Kristalina Georgieva ha pedido que las políticas fiscales se comprometan a proteger “a los hogares más vulnerables para ayudarles a contrarrestar el aumento del costo de vida”.

Prácticamente lo único en lo que coinciden los expertos es que esta subida constante de precios y la posibilidad de caer en un escenario de estanflación dependerá en buena medida de si el conflicto bélico en Ucrania se resuelve pronto o si, por el contrario, se prolonga durante meses.

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