El aeropuerto de Huesca parece un aeródromo fantasma. El él trabajan nueve personas y el próximo uno de abril se incorpora una más, un técnico administrativo. Una plaza que ha tardado unos cuatro años en ocuparse. Ahora, llegará a un aeropuerto desierto.
Aena convocó 77 plazas para varios aeropuestos de España, al oscense le correspondían un administrativo y dos personas de mantenimiento, estas últimas ya llevan tiempo trabajando. Sin embargo, ha sido este año cuando, por fin, se ha otorgado la plaza de administrativo. Aena justifica esta demora tras un larguísimo proceso de impugnación.
El Ministerio de Fomentó gastó 45 millones de euros. Ahora se intenta por todos los medios reflotarlo pero los meses pasan y los inversores no llegan.
El nuevo trabajador se incorpora a un aeropuerto cuyo futuro es incierto ya que los dos últimos meses, enero y febrero, ha recibido once pasajeros, todos de vuelos particulares, esto es un 99,5% menos que el año pasado. Aquí no hay vuelos comerciales, ninguna compañia aérea opera.
Los últimos inquilinos fueron unos alumnos chinos que pertenecían a una escuela de pilotos y utilizaron estas instalaciones para su formación.