La patronal quiere simplificar los contratos: que de los actuales 43 se pase a seis y apostar sobre todo por uno fijo y único. Además reclama abaratar el despido improcedente a veinte días por año trabajado y una rebaja fiscal a las empresas.
La CEOE defiende también desligar las subidas salariales del IPC, una línea que las [[LINK:INTERNO|||20111128-NEW-00091-false|||agrupaciones de trabajadores no están dispuestas a traspasar]]. “Creemos que aquellos que plantean desvincular los salarios de los precios en el fondo lo que están planteando es una devaluación salarial”, asegura Toni Ferrer, Secretario de Acción Sindical de UGT.
En cambio, las claves de la reforma laboral para los sindicatos pasan por reducir la temporalidad, gastar más en prestaciones por desempleo y crear un nuevo impuesto sobre las entidades de crédito. Fernando Lezcano, secretario de comunicación de CC.OO, llama también a una subida fiscal para las rentas más altas ya que, en su opinión, “tiene que aportar quien más recursos ingresa”.
Las hojas de ruta de patronal y sindicatos se contradicen e incluso chocan. Abaratar despidos frente al mayor gasto en prestaciones por desempleo y rebaja de impuestos a empresarios frente a nuevos gravámenes para incrementar ingresos.
Ambas partes se reunirán este miércoles con Mariano Rajoy para defender sus posiciones. Este martes, Joan Rosell exigía concreción al presidente electo en las mañanas de Onda Cero.