La pesadilla de Blanca, que vive desde hace 4 años con 74 puntales en su casa

Blanca nos abre su casa. "Vivo entre hierros", comenta. Tiene todo su hogar con 74 puntales, ni uno más ni uno menos. Así lleva cuatro años, con losas que se mueven ygrietas en toda la casa. Tiene miedo, el mismo que sienten los vecinos de ocho pisos de un edificio de Torrelavega, en Cantabria.

Una pesadilla que comenzó en enero de 2019 con las obras de rehabilitación de un organismo público de Cantabria en un local abajo de su bloque. Cuando empezaron las obras, todos los vecinos notaron que sus casas se iban agrietando, se caían los azulejos del baño y las losas del suelo empezaron a moverse.

A partir de ahí, todo fue a peor. El ayuntamiento tuvo que instalar puntales en varios pisos, en el local de abajo hay más de un centenar de estos hierros para sujetar los cimientos. Y además de todo eso, están sin ascensor y los vecinos que viven en la última planta tienen que subir y bajar con bolsas de la compra. La mayoría son jubilados que aseguran que ya no pueden hacer ese esfuerzo.

Piden justicia

En los juzgados hay varias denuncias, sentencias a favor de estos vecinos y en contra. La Administración cántabra argumenta que estos daños son estructurales del edificio.

La situación es desesperada, porque si finalmente no hay responsables ni obligados a reparar, los vecinos por si solos no van a tener capacidad económica para afrontar la reparación de su edificio, que como legítimamente defienden, "no ha sido hasta la ejecución de esa desdichada obra de acondicionamiento del local del ICASS, propiedad de la Administración Regional, cuando el edificio y sus propias viviendas muestran el calamitoso estado en el que se encuentra", según denuncian en un comunicado la comunidad de vecinos.

"Nunca este edificio ni las viviendas requirieron de puntales, nunca en este edificio y en las viviendas se han visto grietas en las paredes en las que cabe literalmente una mano...nunca antes se había clausurado el ascensor por riesgo de desprendimiento, nada de esto sucedía hasta que hace ahora cuatro años la Administración Regional ordenó ejecutar unas obras de acondicionamiento en el local de la Calle Coro Ronda Garcilaso de Torrelavega", apunta.

Quieren una solución, porque se sienten atrapados entre rejas y no han cometido ningún delito.

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