El precio mayorista de la electricidad de este sábado se situó en una media de 79,01 euros por megavatio hora (MWh), lo que supone un 8% menos que los 88 euros fijados para este viernes, pero el nivel más elevado para un día de fin de semana desde diciembre de 2013, según datos recogidos a partir del operador del mercado ibérico, Omie.
El mayor volumen en lo que va de semana de energía negociada en las subastas con las que se fija el precio para el día siguiente se dio el miércoles y ascendió a 650 GWh.
Fuentes del sector indican que, pese a la menor demanda, se mantienen algunos de los factores que están tensando la oferta en los últimos días, entre ellos el bajo nivel de recurso hidráulico y el elevado precio del carbón y del gas, así como la mayor exportación a Francia por la indisponibilidad de algunas de sus centrales nucleares.
Para encontrar un día de fin de semana con un precio tan elevado como el de mañana, es necesario remontarse al sábado 21 de diciembre de 2013, cuando se alcanzaron los 80,82 euros por MWh. Tras la escalada de precios durante aquel mes, el Gobierno decidió suspender el anterior sistema de subasta eléctrica (Cesur) y sustituirlo por el actual, en el que el precio regulado deja de consistir en una referencia trimestral y queda vinculado al precio de cada hora en el mercado.
Los precios horarios se aplican a los consumidores domésticos que dispongan de contadores 'inteligentes' y tarificación por horas, entre los que figuran los usuarios que tienen contratado el Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC) y disponen de estos aparatos.
El precio mayorista de la electricidad, conocido como 'pool', tiene un peso cercano al 35% sobre el recibo final, mientras que alrededor del 40% corresponde a los peajes y cerca del 25% restante, al IVA y al Impuesto de Electricidad. El Gobierno ha congelado para 2017 los peajes y cargos eléctricos con los que los consumidores sufragan los costes regulados.
Los precios diarios del mercado mayorista se fijan con un día de antelación, alrededor del mediodía. El 'pool' funciona de forma marginalista, de modo que las tecnologías entran por orden de coste y la última de ellas en participar, la más cara, marca el precio para el conjunto.