El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha subrayado que el acuerdo de rescate a Chipre es "una solución única" y ha negado que vaya a ser un "patrón" para futuras intervenciones en bancos con problemas. "Chipre es un caso específico con retos excepcionales que requerían las medidas de participación del sector privado que acordamos", ha recalcado Dijsselbloem en un breve comunicado.
Ha añadido que "los programas de ajustes macroeconómicos están hechos a medida de la situación del país en cuestión y no se usan modelos o patrones". El también ministro holandés de Finanzas ha salido así al paso de la polémica generada por unas declaraciones suyas al diario "Financial Times" y la agencia Reuters, a los que aseguraba que el plan de rescate acordado representa un nuevo modelo para resolver los problemas bancarios de la zona euro.
"Quiero subrayar que Dijsselbloem no dijo nada sobre patrones en la entrevista", ha señalado por su parte su portavoz. Ha destacado que, "si acaso, subrayó en su rueda de prensa ayer que era una solución única". La portavoz ha insistido en que el presidente del Eurogrupo no utilizó en ningún momento la palabra "patrón" o "modelo" ("template", en inglés), pero tampoco descartó la posibilidad de que se repitan en otros casos de reestructuración bancaria las pérdidas que sufrirán accionistas, bonistas y los depósitos de más de 100.000 euros en Chipre.
Hasta ahora, las instituciones europeas y los gobiernos de la eurozona han insistido en que la situación de la isla mediterránea no se puede comparar con la de ningún otro país del bloque, dado, entre otras cosas, el tamaño de su sector bancario con respecto a la economía nacional. Las palabras de Dijsselbloem dando a entender que lo hecho en Chipre puede servir como ejemplo en otros casos han generado reacciones inmediatas en los mercados.
Mientras, la desconfianza reina entre los ciudadanos chipriotas. Intranquilos, muchos han seguido en los bares las noticias que llegaban desde Bruselas. "Entre un pobre y alguien que tiene millones que no gana con su propio sudor, los ricos deben dar más que los pobres para ayudar a Chipre", señalaba un trabajador.
Aunque algunos habitantes de la isla están dispuestos a hacer sacrificios financieros con tal de resolver la crisis. "Hace una semana hubiera dicho que no. Ahora yo diría que sí, sobre todo si me aseguran que la situación va a mejorar", explica una profesora.
Después de doce horas de negociaciones, los representantes de la 'troika' y el Gobierno de Chipre acordaron el cierre del segundo mayor banco del país, con la transferencia de los depósitos garantizados, aquellos inferiores a 100.000 euros, al Bank of Cyprus, la mayor institución del país, mientras los depositantes no garantizados deberán afrontar pérdidas de 4.200 millones.
Asimismo, los depositantes no garantizados, cuyos depósitos superen los 100.000 euros, verán sus cuentas congeladas en Bank of Cyprus mientras se analizan las necesidades de capital de la entidad, que en caso de ser necesario serían cubiertas con los depósitos por encima de 100.000 euros.