El precio de estos bonos, que suele evolucionar en sentido contrario a su rentabilidad, se situaba en el 95,19% para el español y en el 98,31% para el germano. Pese a ello, el diferencial se mantenía por encima del registrado en la apertura del mercado, cuando marcaba 269 puntos básicos.
Según explicó José Luis Martínez, analista de Citi, el rebote registrado por el diferencial español se debe "sencillamente" a que el mercado no funciona y no hay liquidez, y descartó que "haya nada detrás de ese movimiento brusco". De hecho, indicó, los diferenciales de otros bonos, como el belga o el italiano, también están "ardiendo".
Las caídas, prosigue Martínez, se retroalimentan dentro de un contexto de "riesgo y miedo", pero no hay un proceso automático ni unos umbrales máximos a partir de los cuales España tenga que pedir ayuda o la situación sea irreversible. "Que la rentabilidad del bono español esté en torno al 5,5% es un dato muy malo, porque limita completamente la liquidez, en particular al sector privado, y tiene efectos nefastos en la economía real", añadió. Lo que el mercado demanda, prosiguió, "son medidas contundentes y rápidas, tanto en España como a nivel europeo".
En el mismo sentido, el departamento de análisis de Bankinter indicó que "el mercado continúa sin fundamentos e interpreta que las medidas aplicadas en Europa solo son soluciones a corto plazo que en el mejor de los casos han permitido ganar algo de tiempo, pero son insuficientes para poner fin a la desconfianza que rodea a la deuda soberana".
Otro indicador de confianza de los inversores, los seguros de impago de deuda o CDS españoles, se situaban poco antes de las 11:00 horas en 370.000 dólares para cubrir la posibilidad de impago de 10 millones de dólares en bonos españoles a 10 años, con lo que superaba los 344.000 dólares de la apertura. A esta hora, la bolsa española bajaba el 0,27% hasta los 9.301 puntos tras comenzar la sesión con un rebote que llegó a superar el 1%.