La desconfianza de los inversores sobre la capacidad de España de cumplir con sus obligaciones de pago ha llegado a situar el diferencial del bono español a diez años con el alemán en 444 puntos a lo largo de la jornada, y ha desmarcado al Ibex del comportamiento del resto de plazas del Viejo Continente.
Francfort echó el cierre con una subida del 0,92%, seguida de cerca por París (+0,8%) y Londres (+0,7%), mientras que Milán se ha anotado un 0,4% y ha dejado a Madrid a solas en el terreno negativo.
La prima italiana también luce mejor que la española, en 388 puntos. Tras pasar del rojo al verde y viceversa a lo largo de la negociación, las ventas se han impuesto finalmente en el selectivo madrileño, sobre todo en grandes valores como BBVA (-1,17%) y Santander (-0,64%), sin que otros 'blue chips' como Telefónica (-0,18%), Endesa (+0,11%) o Repsol (+0,06%) hayan hecho de contrapeso.
La petrolera salvó los platos y terminó plana a escasos minutos de que el Gobierno argentino anunciara la nacionalización de su filial latinoamericana.