Guerra
¿Puede nuestra economía aguantar un "invierno duro" por los efectos de la guerra?
La guerra tiene un impacto directo sobre la economía, desangra los salarios y reduce los empleos. Los datos son alarmantes y el efecto es directo a nivel internacional.
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Los efectos de la invasión de Ucrania en las economías europeas han sido más que evidentes en los últimos meses. Bruselas lleva tiempo avisando de un "invierno duro", pero, de momento, se está está sobrellevando la situación. La gran duda se centra ahora en si la economía española puede mantenerse así, en una época de incertidumbre.
En marzo la luz llegó a su máximo histórico: 544€ el megavatio hora. Este verano el precio de los carburantes alcanzó dos euros. Los precios han conseguido una mayor estabilidad tras cifras de récord. Los economistas aseguran que tanto empresas como familias han tenido que hacer reajustes.
Economía ucraniana
Durante los primeros meses de la invasión rusa, la economía ucraniana resistió gracias a las ayudas públicas, a los agentes económicos, a familias y empresas. A medida que se ha ido prolongando el conflicto, los efectos son cada vez más devastadores. Desde que empezó la guerra en Ucrania, el 13% de los trabajadores ha perdido su trabajo y los salarios se han desplomado.
Lo más reseñable es la caída de su Producto Interior Bruto (PIB) al 40%. Eso hace que inmediatamente las economías europeas estén en el punto de mira y vivan en un punto de inflexión.
La previsión es que lo datos de la inflación alcancen su punto máximo, aunque los expertos creen que disminuirá gradualmente.
Invierno duro
El invierno implica una considerable bajada de las temperaturas. Esto propicia el consumo de calefacción, aunque el aumento de los precios lo coloque como última opción. Algo que puede provocar que la factura de la luz o la del gas alcancen un pico desmesurado.
Mientras tanto, Bruselas fracasa en su intento de implantar el precio de 275 euros en la Unión Europea (UE). Sánchez ve esta medida "claramente insuficiente". El precio del gas en el mercado ibérico ha sufrido una subida del 31,5% y continúa ascendiendo.
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