Un 'SWIFT chino', ¿alternativa financiera para Rusia?

Una de las principales sanciones económicas que Estados Unidos y la Unión Europea han aplicado contra Rusia tras su invasión militar de Ucrania ha sido la expulsión de varios bancos rusos del sistema de información bancaria SWIFT. No ha sido la única medida, también se le ha prohibido al Banco Central de Rusia el uso de sus reservas internacionales y se han congelado las fortunas en el extranjero de los principales oligarcas del país.

Sin embargo, Moscú podría aliviar una parte considerable de todas esas sanciones si, como informan algunos medios, acaba integrando el equivalente chino del SWIFT, el 'ecosistema de pagos' de China. Algo que a Rusia debe interesarle teniendo en cuenta el colapso al que se enfrenta su economía y que se refleja, entre otras cosas, en el desplome del valor del rublo y en la retirada masiva de ahorros por parte de los ciudadanos rusos.

¿Puede Rusia unirse al 'SWIFT chino'?

Para que algo así ocurra, explica a Antena 3 Noticias Sergio Álvarez Teleña, economista experto en trading algorítmico e Inteligencia Artificial, China debe dar primero su permiso, un escenario para nada seguro pese a que ambos países son aliados y forman, de alguna manera, un eje contra Occidente.

Pekín ha decidido ponerse de perfil desde el inicio de la guerra entre Ucrania y Rusia pidiendo, al menos de puertas para afuera, una salida diplomática al conflicto. Esto puede llevar a pensar que, al menos de momento, el Gobierno chino no está dispuesto a formar un bloque cerrado con Rusia.

Pero, en el caso de que China decidiese invitar a Rusia a formar parte de su ecosistema de pagos habría otro escollo a resolver: "todos los agentes con los que Rusia interactúa deberían sumarse a esa tecnología a la velocidad adecuada", apunta Teleña.

Un problema de tiempos

"Estamos hablando, pues, de un problema de tiempos", añade el experto en algoritmos. "Los agentes que se uniesen a este nuevo ecosistema, ¿tardarían más o menos de lo que necesita Rusia para sobrevivir?", plantea.

Este tipo de tecnología aún está en desarrollo y aunque plantea multitud de ventajas no son menos sus inconvenientes, matiza Álvarez Teleña. Es decir, que los agentes, organismos o compañías que decidiesen utilizarlo "se estarían enfrentando a multitud de contrapartidas e incertidumbre" y correrían, por lo tanto, un gran riesgo.

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