¿Por qué este va a ser el verano más caro de tu vida?

¡Hay ganas de vacaciones!, eso es indudable y quizás por esas ganas que todos compartimos de poder desconectar de la rutina es por lo que parece nadie escucha los augurios de "una recesión dura y larga" como el expresidente José María Aznar vaticinó en Antena 3.

El recién estrenado verano de 2022 será el más caro de nuestras vidas, pero tampoco eso parece frenar las ansias de la cervecita en el chiringuito de playa, del paseo en canoa en cualquier paraje rural o del chapuzón sobre la colchoneta del flamenco en cualquier destino interior.

Tras dos veranos de restricciones por la pandemia del coronavirus el mundo ha disto ¡basta ya! y ha comenzado a moverse aunque eso signifique, a veces, llevar de equipaje el tan molesto virus del Sars-CoV-2. Pese a estar inmersos en una séptima ola de COVID-19 la demanda ha crecido y el sector turístico confía recuperar niveles de ocupación prepandemia y desea, por supuesto, superarlos. Este incremento en la demanda es el primer factor para que los precios suban, pero vamos a ir punto por punto.

La inflación

Desde abril de 1985 no teníamos en España una inflación en tasa interanual tan elevada como la de este mes de junio que se situó en el 10,2%, debido principalmente, a las subidas de los precios de los carburantes y de los alimentos y bebidas no alcohólicas según los datos publicados por el INE. Si además nos fijamos en inflación subyacente vemos que en junio alcanzó su nivel más alto desde agosto de 1993 escalando hasta el 5,5%.

Que la inflación subyacente suba significa que esos incrementos cada vez se trasladan al precio final de más productos. Según datos recogidos del INE en abril de 2021, 12 productos se habían encarecido un 4,4% o más: electricidad, combustibles, otros aceites comestibles, gasolina, gasóleo, joyería y bisutería, refrescos, transporte de pasajeros por mar, carne de ovino y caprino, bicicletas, seguros privados de salud e hidrocarburos licuados.

El mismo mes, abril, de 2022 son 98 los productos afectados por la subida de precios en un porcentaje igual o superior al 4,4%. Además este año no solo suben los precios de la energía y los alimentos sino que también se incrementa el precio de los hoteles, paquetes turísticos internacionales...

Si bien es cierto que el 'top ten' de los productos que más ha incrementado su precio este año son: otros aceites comestibles, combustibles, hoteles, aceite de oliva, electricidad, hidrocarburos licuados, gasóleo, pastas, harinas y huevos.

El chiringuito y los hoteles

Consecuencia directa de esto es que cuando nos acerquemos al chiringuito de toda la vida veamos que el pincho de tortilla ha subido de precio al igual que el tinto de verano o cualquier refresco que bebamos.

El INE publicó datos de la ocupación hotelera durante el mes de mayo en los que se indica que se superaron los 29,8 millones de pernoctaciones. Por habitación ocupada los hoteles facturaron 95,3 euros de media que supone un aumento anual del 24,5% y un 15% más que en 2019.

Tomando como referencia los datos publicados por Tecnitasa alquilar un apartamento en la costa española también será más caro este verano, en concreto un 9,7% más.

Según los mismos datos el coste medio del alquiler en este verano rondará los 1.000 euros por semana 90 euros más que el año previo.

Cataluña es la comunidad autónoma en la que más suben los alquileres costeros y además de las tres provincias catalanas, Lugo y Vizcaya también lideran el ranking de incrementos con subidas del 9,7% y 9,6% respectivamente.

En un panorama repleto de subidas cabe destacar que Cantabria y Murcia no suben los precios.

El desplazamiento también se encarece

Tradicionalmente moverse por carretera era lo más económico, pero con la subida de los precios de los combustibles esta afirmación ya no es tan cierta.

Según los últimos datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea, correspondientes a parte de la tercera y cuarta semana de junio, el precio medio de la gasolina y del gasóleo en España registró un nuevo récord histórico, consolidándose por encima de los dos euros por litro. En ambos casos se ha 'comido' ya la totalidad de la subvención de 20 céntimos por litro que entró en vigor el pasado 1 de abril y que el Gobierno acaba de extender hasta el 31 de diciembre.

Con respecto a hace un año, el precio medio del litro de gasolina se ha encarecido un 55,82%, mientras que en el caso del gasóleo es un 67,68% más caro, aunque sin tener en cuenta la bonificación vigente actualmente.