Alexis Tsipras afronta el momento más crítico de su corto mandato. El presidente griego llega directo de San Petersburgo a la sede del Gobierno para reunirse con su equipo. Esta tarde tiene prevista una conversación telefónica con el presidente de la Comisión Europea. Lo que ocurra en las próximas horas será determinante para el futuro de Grecia.
Si el lunes no hay acuerdo empieza el desgaste para Grecia. La segunda fecha es el próximo día 30, cuando expira la prórroga y ese día debe pagar los 1.600 millones, de no hacerlo, iría a la quiebra. En julio y agosto tendría que devolver 6.000 millones, sino quedaría fuera del euro.
El Banco Central Europeo tuvo que intervenir de urgencia para evitar el colapso de los bancos griegos, tocados por la fuga de depósitos, que siguen huyendo en estampida.
Esta semana ha sido la más difícil desde el inicio de la crisis, y lo refleja este dato: se calcula que los ciudadanos han retirado cerca de mil millones de euros cada día, aunque es todavía una estimación.
El último recuento oficial señala que desde octubre hasta abril los depósitos han caído en más de 30.000 millones.
Grecia se queda sin efectivo y la amenaza del 'corralito' es cada vez mayor, así como la posibilidad de una suspensión de pagos. La Unión Europea intentará el lunes encontrar una solución para Grecia, mientras su presidente, Alexis Tsipras, juega a dos bandas y muestra su buena sintonía con Rusia.