Guardias médicas
Los remordimientos de un médico tras una jornada de 24 horas de guardia: ¿Habría hecho algo diferente si no estuviera tan cansada?
La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos ha mostrado su "absoluto rechazo" al borrador del Estatuto Marco que presentó Sanidad. Hablamos con Tamara Contreras, impulsora de la recogida de firmas para acabar con las guardias de 24 horas.
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Ha sido un día duro de trabajo, te tumbas y el sueño empieza a apoderarse de ti, te dejas ir. Sin notarlo, te has quedado dormida, no profundamente, pero si empiezas a sentir que los sueños llaman a la puerta y, en ese mismo momento, suena la alarma. En cuestión de minutos te encuentras tomando una decisión de vida o muerte, haciendo una técnica de la que depende la vida de una persona. No es una pesadilla, es la realidad con la que se encuentran jornada tras jornada los médicos de nuestro tan elogiado Sistema Sanitario.
La reforma del Estatuto Marco de los profesionales sanitarios se anunció como una prioridad a principios de 2024, un año más tarde se sigue apelando al "diálogo, diálogo y diálogo". La ministra presentó hace unos días una propuesta que no ha gustado a casi nadie. En ella planteaba que los jefes de servicio y altos cargos de hospitales públicos no deberían trabajar en la privada, también que los médicos MIR trabajen solo para la Sanidad Pública los primeros 5 años después de su formación. Anunciaba también una vieja reclamación, poner fin a las guardias 24 horas porque "ponen en riesgo la salud no solamente de nuestros profesionales, sino también de los pacientes", sin embargo, al leer lo que dice realmente el texto, los profesionales se sienten "decepcionados".
Ante el rechazo unánime, García ya ha avanzado que se incorporarán algunos matices y cambios en la redacción para dejar claro que esas horas de guardia "no podrán pasar al saco de las horas ordinarias" y que el tiempo de descanso posterior no será, "en ningún caso", recuperable. Para entender qué está ocurriendo, desde la Newsletter de Antena 3 Noticias, hablamos con Tamara Contreras del Pino, (@uci_para_todos), médico intensivista e impulsora de la iniciativa 'No podemos más' en la plataforma de Change.org que recoge firmas precisamente para que se acabe con estas jornadas de 24 horas en el sector sanitario.
"Hay un momento de la noche en que piensas y sientes: 'me da igual todo, no puedo más'. En ese momento, te das con el látigo y te dices a ti mismo que no puede ser, que los pacientes no tienen culpa"
Para cuadrar la entrevista con Tamara primero tiene que consultar su cuadro de guardias. Esta semana tiene guardia el lunes y el sábado. "Mi horario es de lunes a viernes de 8:00 a 15:00 horas, pero a esto hay que añadirle la jornada complementaria obligatoria, o lo que es lo mismo, las guardias. Esta jornada empieza cuando terminas la ordinaria, y termina, en teoría a las 08:00 horas del día siguiente, pero esa no es la realidad porque tienes que pasar la guardia, contar todo lo ocurrido a tus compañeros y nunca vas a dejar a un paciente a medias y con suerte sales a las 09:30, a las 10:00 horas".
Un auténtico maratón que para mayor inri no tiene reconocimiento, ya que en una semana como esta de Tamara con guardias el lunes y el sábado "trabajas como mínimo 69 horas, que serán setenta y tantas, pero, sin embargo, para la administración has trabajado 28 horas. Es decir, a efectos de cotización hemos trabajado las 4 mañanas de jornada ordinaria, el lunes, miércoles, jueves y viernes. El martes nos lo quitan porque no lo trabajamos".
La cadencia de las guardias depende de las necesidades del servicio. Depende de cuántos médicos son en plantilla y de la época del año. "Yo hago una media de 5-6 guardias al mes y en período de vacaciones 8-10, para cubrir a los compañeros que salen de vacaciones. En Semana Santa hacer 3-4 guardias en una semana es lo habitual. Esto puede pasar si hay alguna baja. Todo se cubre entre la plantilla, pase lo que pase".
La noche es muy difícil, reconoce Tamara. "Hay un momento de la noche, de la guardia, en que piensas y sientes: 'me da igual todo, todo lo que pase, no puedo más'. En ese momento, te das con el látigo y te dices a ti mismo que no puede ser, que los pacientes no tienen culpa de nada y que eres médico y tienes que hacer todo lo posible por ayudarles. Y vas y lo haces, pero es que no solo somos médicos, somos seres humanos con capacidades limitadas".
En esas largas noches hay tiempo para "pseudodescansar" porque estando de guardia "estás alerta todo el rato. No puedes relajarte porque en cualquier momento te llaman. Te estiras y si con suerte te duermes, lo normal es que haya ruidos y gente cerca hablando. El despertar cuando llevas dormido una o dos horas es un despertar muy desagradable, ansiógeno y muy poco saludable. Sabes que si el teléfono suena es que necesitan al médico y en ese momento tú eres una persona durmiendo. De hecho, a veces cuando me llaman no sé ni dónde me encuentro y en dos minutos soy la responsable de la vida de alguien. Taquicardia, náuseas, muchas náuseas, sensación de embotamiento mental… Físicamente, sientes que estás haciendo algo que está muy por encima de tus capacidades. Lo notas, lo sabes. Mentalmente, tu agilidad no es la misma que quince horas antes. Lo peor es que al día siguiente o después de descansar un rato, empiezas a dudar de tus propias decisiones y a machacarte. Y si las cosas no salen bien, ya ni te cuento... la peor secuela de la guardia, además de todos los síntomas de la privación del sueño, es el látigo del saliente de guardia: Debería haber hecho..., no debería haber hecho… ¿Habría hecho algo diferente si no estuviera tan cansada?", confiesa Tamara.
El cansancio es tanto físico como mental, se trata, dice Tamara, de una "fatiga de decisión constante". "Llegamos a un punto de agotamiento mental que nos exige mayor esfuerzo para mantenernos concentrados. Hablamos de un cansancio mental, no solo físico, que muchas veces nos lleva a no tomar la decisión más adecuada o directamente a no tomarla".
Con estas sensaciones a flor de piel, el borrador hecho público por Sanidad ha dejado en Tamara, al igual que en la mayoría del sector: "decepción e incredulidad".
Tamara se reunió con la ministra Mónica García hace un año. "Salí contenta porque tuve la sensación de estar hablando con una médico, que sabe de qué le estoy hablando, y que vamos en el mismo sentido". Pero cuando leyó el borrador, no podía creérselo. "Es inaudito que una norma reformada en el año 2025 siga considerando jornadas de trabajo de 17 y 24 horas continuadas. El artículo 89 sobre jornada y descanso diario dice textualmente que la suma de la jornada ordinaria y de la guardia sucesiva no excederá de 17 horas. No obstante, mediante la programación funcional de los centros se podrán establecer jornadas de hasta 24 horas para determinados servicios con carácter excepcional por razones organizativas. Este 'no obstante' es una falacia por no decir una trampa. Nuestro mayor lastre es que nuestros derechos laborales queden supeditados a esta frase: 'según necesidades del servicio' y así todo vale. Las plantillas están por debajo de las necesidades o muy muy ajustadas. Ese 'no obstante' será un siempre y lo saben", reprocha con cierta indignación la médico.
"Insisto, inaudito, tener que celebrar, poder trabajar solo 17 horas continuadas"
Tirando de ironía, recuerda que "en el país de los ciegos el tuerto es el rey" y se queja: "Insisto, inaudito, tener que celebrar, poder trabajar solo 17 horas continuadas. ¿Tenemos que celebrar una norma que normaliza 17 horas? Claro que sería un avance, pero no es la solución. La solución no es sencilla ni mágica, porque conlleva un aumento de plantilla y, por tanto, de un aumento de inversión en sanidad. Este sistema es muy barato (bueno, bonito y barato) y ya no da más de sí. De nada sirve que hagamos turnos de 12 horas en lugar de 24, si vamos a tener que continuar trabajando 60 y 80 horas semanales y más de 200 horas al mes".
Además, concluye que "la relación entre la administración pública y el profesional sanitario está absolutamente deteriorada. Se ha roto la confianza y no la hay, porque la administración ha descuidado al trabajador durante años. No le ha escuchado ni ha atendido a sus necesidades en aras de garantizar la asistencia sanitaria de una forma muy barata".
España es uno de los países europeos que más médicos tiene en relación con la población. La cuestión es que no todos estamos en la sanidad pública ni al 100% y la administración no está haciendo méritos para que nos quedemos.
"La relación entre la administración pública y el profesional sanitario está absolutamente deteriorada. Se ha roto la confianza"
Resulta extraño que al mismo tiempo que se intenta sacar adelante una reducción de jornada laboral de 40 a 37,5 horas a la semana, que en el momento en el que la conciliación familiar se exige como algo innegociable un sector como el sanitario, que no hace tanto, cuando la COVID-19 nos dejó desprotegidos frente a la muerte, fueron vistos como héroes, como nuestros salvadores, para ellos no se contemplen los mismos derechos.
"Históricamente, la identidad médica se ha construido a través de una narrativa heroica y sobrehumana. Al margen de que el objetivo sea subir la moral del profesional o reconocer su esfuerzo, ha llegado el momento de reconocer al médico como ser humano. A partir de ahí podremos hablar de humanización sanitaria. Pero primero vamos a humanizar las condiciones laborales del médico en España y el estatuto que las enmarca", reivindica la profesional.
"¿Por qué tienes que ser médico, mamá? ¿No podías ser mamá y ya está? "
Y si de conciliación hablamos, la respuesta está clara. "Ninguna. ¿Por qué tienes que ser médico, mamá? ¿No podías ser mamá y ya está? Estas son las preguntas que me hacen mis hijas cuando tienen que aceptar que su madre sea médico especialista en cuidados intensivos y que además de trabajar de lunes a viernes de 08:00 a 15.:00 horas tenga que cumplir una jornada complementaria y obligatoria de 24 horas entre 5 y 6 veces al mes, incluso 8-10 en verano. ¿Cómo se concilia con ser madre o padre? ¿Cómo se concilia una profesión que exige formación y actualización continuada? No existe conciliación, sino sacrificio personal y ausencia. Puedes dejar 8 horas a tus hijos con alguien, o incluso 12 si me apuras, pero ¿24? Yo vivo a 1000 km de mi familia y voy tirando de amigos, pero tengo amigas que pagan canguro las 24 horas de guardia. No, no hay conciliación posible".
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