Zapatero

La reparación de zapatos en peligro: no hay zapateros

La poca valoración de los trabajos manuales o la pérdida de cultura del esfuerzo podrían ser las causantes de que no haya relevo generacional en el oficio.

Imagen de un zapatero

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Tener un negocio a pleno rendimiento, pero tener que cerrarlo por la falta de relevo generacional. Esto es lo ocurre en el sector de los zapateros, como en muchos otros. La falta de personas que quieren dedicar su vida a la reparación del calzado, está provocando que muchos negocios que llevan décadas ofreciendo este servicio se planteen cerrar sus puertas sin sucesor.

Jordi Blasco, zapatero de Igualada desde hace 40 años, asegura que en sus inicios había 18 zapateros y ahora es el único de la ciudad catalana que repara calzado. Por ello, está alargando su jubilación -aún teniendo la edad suficiente- para no dejar "tirados" a todos sus clientes que le han acompañado todos estos años. Jordi asegura que los zapateros están "dispuestos" a enseñar el oficio para que no se pierda, porque además afirma que hay "mucho futuro". Por ello ha puesto varios anuncios en páginas webs para quien se quiere presentar como candidato para quedarse con el negocio.

Otro zapatero que se encuentra en una situación parecida es Rafael Porcel. Rafael, de Manresa y de 64 años tiene la esperanza de encontrar a alguien interesado en el negocio y estaría dispuesto también, igual que Jordi, a enseñarles la profesión y a acogerlo a su cartera de clientes . Al preguntarle cuáles pueden ser los motivos de la falta de personal en el sector, Rafael nos ha contado que la perdida de la cultura del esfuerzo podría afectar y que ahora "coger unos zapatos, meter las manos dentro y arreglarlos se podría considerar una bajeza".

El trabajo de zapatero se basa en reparar calzados y los profesionales aseguran que es una profesión que tiene el objetivo de reciclar y no tirar a la primera de turno los zapatos. Por ello, piden a las instituciones que ayuden a aquellas personas que quieren dedicarse a trabajos manuales y fomentarlo, porque según ellos, las administraciones "se han dado cuenta del problema y pondrán remedio para mejorar la situación".

Los oficios de reparaciones artesanales, sin relevo generacional

José López lleva 45 años dedicándose a afilar herramientas de corte y a reparar paraguas. Es de las pocas personas en España que todavía sigue haciéndolo. Trabajo no le falta. Cada vez más personas optan por reparar lo que se rompe en lugar de tirarlo. Heredó el negocio y los conocimientos de su padre, que empezó a arreglar máquinas hace más de 30 años. Es un negocio familiar, tradicional. Él lleva solo 12, pero espera jubilarse dedicándose a ello.

Sonprofesiones poco comunes, servicios difíciles de encontrar. Pero que, de momento, todavía sobreviven. Gracias a manos como las de José, David, Juan Manuel... Manos que se resisten a que los cambios tecnológicos y sociales les lleven a desaparecer.

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