El expresidente de Bankia Rodrigo Rato ha dicho que no hubo "ni intención ni posibilidad de engañar" a nadie en la salida a bolsa, ya que contaban con cartas del Banco de España que especificaban cuáles eran las pérdidas esperadas de las cajas del grupo y reconocían que las cuentas eran coherentes.
Durante una entrevista en el programa Herrera en la onda, Rato ha dicho que no está de acuerdo con los informes publicados por dos peritos independientes elegidos por el Banco de España para trabajar con la Audiencia Nacional, ya que entre finales de 2010 y marzo de 2011 las cajas que integraban el Grupo BFA Bankia estuvieron "extraordinariamente controladas".
"Estábamos absolutamente controlados", ha dicho, ya que por una parte, el Banco de España supervisó el proceso de fusión y por otra, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la salida a bolsa, "siempre con uno o varios auditores".
"No queríamos engañar a nadie, pero pensar que teníamos la mínima posibilidad de hacerlo, me sorprende", ha indicado. Por lo que respecta a supuestas irregularidades en la cotización de las acciones de Bankia, como inflar artificialmente su valor, Rato ha dicho que "las órdenes de compra no se engordan, o las hay o no la hay", y la mejor prueba de ello es que la acción se mantuvo e incluso, en seis meses se dobló el número de inversores extranjeros.
También se ha referido al fraude de las tarjetas opacas de Caja Madrid, "un término que no es nada exacto porque no hay nada que sea menos negro que una tarjeta nominativa, y la prueba es que se han difundido todas las operaciones que con ellas se han realizado".
Rato asegura que en todo momento pensó que eran parte de su salario, "nunca lo dudé ni vi a nadie que lo dudara", y aunque ahora se ha conocido que la Agencia Tributaria las inspeccionó en su día, "veremos que sacan en claro", porque "entonces no recibí ninguna comunicación de ningún departamento sobre el uso de estas tarjetas".