Andalucía
Rosarito no puede usar su respirador por los cortes de luz en Sevilla desde hace años: "Sin dormir ni comer caliente"
Cientos de vecinos de diferentes barrios de Sevilla sufren apagones constantes pese a estar al corriente de pago. Duermen con la linterna bajo la almohada. No les ha quedado más remedio que comprar cocinas de gas y calentadores de butano con la llegada del invierno.
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Llevan años sufriendo apagones, a veces, de varios días. Se han manifestado, se han encerrado, pero no han conseguido casi nada. Son cientos de vecinos de algunos barrios de Sevilla que llevan "años, muchos años" con cortes en el suministro eléctrico.
Nos lo cuenta José. Tiene 95 años. Ayer se fue la luz en su casa y no volvió hasta el día siguiente. Se cayó al suelo porque la casa se quedó a oscuras. "Esta es la que me alumbra", enseña una linterna en la mano y otra encima de la mesa. Su vecina asegura que "es demasiado mayor para estar así, no tiene dónde calentarse, no tiene tele porque es su único entretenimiento". José paga todos los recibos, mes a mes, y muchos días vive con la casa en tinieblas: "Hoy no he podido ni desayunar, ni calentarme un vasito de leche".
Llamó a la compañía eléctrica y no consiguió nada porque, asegura, que le colgaron el teléfono. "Está muy feo que te cuelguen el teléfono", lo cuenta José con lágrimas en los ojos.
Para el invierno, sus hijas le han comprado un calentador de gas butano para calentarse pero José dice que no lo va a utilizar porque "el butano le da mucho miedo, por los gases tan malos que tiene". Otra vecina de José relata con mucha indignación que "llevan luchando años por culpa de los apagones".
Vamos a casa de Rosarito y José. Este matrimonio también sufrió anoche un apagón. Ella está en silla de ruedas y su marido es invidente. Toda la noche ha estado asfixiándose porque el respirador que utiliza no podía cargarlo porque no había suministro. Su marido tuvo que ir a casa de su madre a cargar los móviles por si se ponía peor y tenían que llamar al médico.
Ellos han comprado una cocina portátil de gas para, en caso de apagón, poder calentar la comida.
Cambiamos de barrio y nos vamos del Palmete al Padre Pío. Muchos vecinos nos enseñan sus linternas, en alguna casas hay hasta diez. "Yo todas las noches duerme con la linterna debajo de la almohada porque si me quedo sin luz y me tengo que levantar me da miedo caerme", aseguran.
Otro vecinos afirma que ellos tienen todos los electrodomésticos eléctricos en casa: la vitrocerámica, el agua caliente, la nevera, lavadora y que "cuando se va la luz nos quedamos como si viviéramos en la selva".
Versión de la compañía eléctrica
La compañía eléctrica achaca los cortes al fraude cometido por mafias. Una plantación de marihuana consume como 80 viviendas.
Según un comunicado de Endesa, la red de distribución de Sevilla se encuentra sometida en ciertos puntos de la ciudad, como los barrios de Polígono Sur, Torreblanca, Padre Pío o Palmete, entre otros, a una sobrecarga excesiva de potencia derivada del fraude, especialmente dedicado al cultivo de marihuana, lo que ocasiona interrupciones de suministro. Son consumos industriales en entornos residenciales.
Desde principios de año y hasta el mes de octubre, Endesa ha abierto 15.562 expedientes de fraude en la provincia de Sevilla, un 50% más que el mismo periodo del año anterior. Estos expedientes han generado una defraudación de 96 millones de kilovatios hora, equivalentes al consumo energético de una ciudad como Alcalá de Guadaira durante un año
“El fraude mata”. Así de rotundo lo ha expresado el director general de Redes de Endesa, José María Revuelta, quien apunta a la manipulación de las instalaciones eléctricas para este tipo de prácticas.
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