En un comunicado, la 'low cost' irlandesa precisó que el abandono por parte de los controladores de su puesto de trabajo provocó la cancelación de unos 500 vuelos de Ryanair, lo que afectó a cerca de 75.000 pasajeros.
Ryanair reiteró su llamamiento a la Unión Europea para que "retire" el derecho a huelga de servicios esenciales como los del control del espacio aéreo y reforme la normativa UE261 sobre los derechos de los pasajeros.
Según la compañía irlandesa una vez más ha quedado demostrada "su inutilidad para cumplir con sus objetivos", ante "las recientes huelgas de controladores en Bélgica, Francia y España".
A lo largo de 2010, Ryanair se ha visto obligada a cancelar 2.500 vuelos y retrasar unos 13.000 vuelos, afectando a cerca de 2.500.000 pasajeros como resultado directo de los paros del colectivo en estos países.
Reclama la reforma del sistema de control aéreo
La compañía recordó que bajo la normativa UE261, las aerolíneas deben asumir los costes generados por estos problemas "sin poder tomar medidas contra los sindicatos convocantes o los Gobiernos de la Unión europea, que son los propietarios de los servicios de control aéreo y que permiten que el espacio aéreo europeo se cierre repetidamente".
Por ello, Ryanair pidió a la Comisión Europea que realice una reforma del sistema del control aéreo, que incluya la eliminación del derecho de huelga en servicios básicos como es el del control del tránsito aéreo y que tome medidas contra aquellos controladores que participen en "huelgas salvajes" como hizo la Administración norteamericana en los 80 con Ronald Reagan.
Asimismo, reclamó la desregularice de los servicios nacionales de control del tráfico aéreo para permitir la intervención de controladores que no están a favor de estas acciones en los espacios afectados y exigió la reforma de la legislación relativa a los derechos de los pasajeros para eximir a las aerolíneas de las obligaciones de compensar a los usuarios en casos de fuerza mayor y en situaciones "que están claramente fuera del control de las aerolíneas".
"Es inaceptable que los controladores aéreos españoles, algunos de los cuales ganan casi un millón de euros por año, continúen provocando huelgas, ralentizando intencionadamente su ritmo de trabajo y causando retrasos y sufrimiento a millones de pasajeros europeos sin ningún tipo de repercusión económica", ha afirmado el portavoz de Ryanair, Stephen McNamara.