Turismo

Santiago de Compostela precinta las primeras viviendas turísticas sin licencia

Se trata de tres viviendas localizadas en un inmueble de la rúa Espírito Santo, una vía que forma parte de la zona monumental protegida por el Plan Especial de la Ciudad Histórica.

Catedral de Santiago de Compostela, Galicia

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Hace un año y medio, el Ayuntamiento de Santiago de Compostela reguló la implantación de pisos turísticos en la ciudad. Una norma que limita el uso turístico a bajos y primeros pisos de carácter residencial fuera del casco histórico, donde estas viviendas están prohibidas, y siempre que cuenten con una licencia municipal. Según los datos del Registro de Empresas y Actividades Turísticas (REAT) de la Xunta, en Santiago están dadas de alta ahora mismo 830 viviendas turísticas, pero tan solo 59 cuentan con la licencia municipal requerida para desarrollar esta actividad. Por este motivo, el Ayuntamiento de Santiago emitió, en los meses de julio y agosto, más de 220 órdenes de suspensión de la actividad. Ahora, desde la Concejalía de Urbanismo, vivienda y ciudad histórica, han dado un paso más: esta misma semana, han precintado tres pisos turísticos en un edificio situado en la zona monumental de la ciudad.

"Era una actividad que se desarrollaba sin título habilitante municipal en un inmueble situado en una zona donde no se permite el uso turístico de las viviendas, incumpliendo por tanto el planeamiento urbanístico, en este caso el plan especial de la ciudad histórica, a pesar de la orden de suspensión de actividad que dictó este Ayuntamiento. Actuamos y seguiremos actuando para proteger la legalidad urbanística y para proteger el derecho a la vivienda que es una prioridad para este Gobierno", explica Iago Lestegás, concejal del área. Y señala que "aquellos pisos turísticos que están funcionando al margen de la legalidad urbanística, incumpliendo la normativa municipal, tienen que cesar su actividad sin esperar a que se lo ordene el Ayuntamiento".

Vecinos y propietarios, enfrentados

Estas medidas no están siendo acogidas de igual manera entre vecinos y propietarios. Para los primeros, es un triunfo porque frenan las molestias diarias que conlleva la convivencia con los turistas. "Aguantamos gente entrando y saliendo a todas horas, los ruidos de las maletas, voces…", se queja una vecina del casco histórico. Otra vecina asegura que su calle era "muy tranquila hasta que pusieron estos pisos turísticos recién precintados, porque había mucho ruido y fiestas hasta altas horas de la madrugada". Sin embargo, muchos señalan un problema mucho más grave: "Hay una gran dificultad para encontrar pisos de alquiler en Santiago", asegura una trabajadora que se acaba de instalar en la ciudad. Algo que también subraya un estudiante universitario: "Hay poca oferta de vivienda y para alquilar te piden de todo, ponen muchas trabas y precios muy elevados".

Los propietarios, por el contrario, lo ven como un ataque. "Entendemos que tenemos derecho sobre nuestras viviendas y sobre todo creemos que la competencia la tiene la comunidad autónoma a la que solicitamos permiso de actividad y registro", expone Dulcinea Aguín, presidenta de AVITURGA, la asociación de vivienda de uso turístico de Galicia.

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