Las bajas temperaturas que ha dejado la borrasca Filomena han congelado y reventado las tuberías de miles de viviendas de la Comunidad de Madrid. A causa de ello, muchas personas se han quedado sin agua corriente, han tenido que comprar garrafas y se han visto obligados a asearse calentando agua en ollas.
Con las tuberías congeladas, calderas rotas y calefacciones que empiezan a dar problemas después de estar en funcionamiento muchas horas, se ha disparado la demanda de fontaneros, los cuales confiesan tener las agendas llenas.
De hecho, algunos comentan que están atendiendo hasta por videollamada. Pero no solo los fontaneros han notado el aumento de trabajo tras el temporal, también lo han hecho los mecánicos. Sobre todo, por las baterías de los vehículos, ya que después de varios días con los vehículos parados, ahora han tenido problemas.
Por su parte, desde el inicio de la borrasca Filomena, el Canal de Isabel II ha atendido un total de 6.120 incidencias relacionadas directamente con el temporal, especialmente por la congelación de los contadores o las tuberías.
Por ello, el Canal ha quintuplicado las brigadas de incidencias, hasta disponer un total de 140, con 280 efectivos que tratan de devolver a los madrileños el agua corriente.
Además, el Canal ha diseñado una campaña de información con los pasos que deben seguir las personas afectadas por estos problemas, como aplicar calor con un secador sobre el contador congelado, o verte agua caliente sobre éste.
Sin embargo, estos consejos no siempre funcionan, puesto que el desperfecto puede estar lo suficientemente avanzado como para que la única solución sea cortar el agua, llamar al fontanero y esperar.