El lunes las bolsas esperaban un ansiado acuerdo y Estados Unidos dijo “sí” a elevar su techo de deuda. Una noticia que no fue suficiente para calmar la inestabilidad bursátil.
Esa misma jornada la bolsa española caía más del 3%, al día siguiente los especuladores no daban tregua y continuaban los números rojos en los parqués europeos.
Berlusconi interrumpía sus vacaciones y proponía el miércoles un plan de acción urgente para reanimar la economía italiana.
Zapatero también volvía a Moncloa para seguir de cerca la crisis de la deuda. La prima de riesgo alcanzó un máximo histórico superando los 400 puntos y las bolsas de todo el mundo alcanzaban cifras desconocidas desde la crisis de 2008.
El jueves, la subasta de deuda daba un respiro a España. Pero tras la reunión del Banco Central Europeo, la falta de claridad de Trichet enloquecía los mercados.