Compra coche
¿Sigue siendo una buena idea comprar un coche diésel?
Con el gasóleo más caro de la historia, normativas anticontaminación poco halagüeñas y la llegada de las zonas de bajas emisiones, comprar un coche diésel hoy en día no tiene sentido. ¿O sí? Analizamos la actualidad y perspectivas de futuro de los motores diésel.
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El diésel ha sido absolutamente demonizado durante los últimos años. Quizá fue el escándalo de manipulación de emisiones de los diésel lo que inició la caída en su popularidad, unida a las declaraciones de ciertos políticos, y el agravio comparativo con respecto a la gasolina en las normativas de etiquetado ambiental de la DGT. Ya no estamos en la era del "diéselgustazo", y la actual coyuntura nos lleva a preguntarnos si el diésel sigue siendo una compra interesante a día de hoy, incluso si sabemos entender sus limitaciones y servidumbres, y somos su tipología de usuario.
El precio del gasóleo ha aumentado y puede seguir aumentando
Tradicionalmente, el diésel, en España, siempre fue un combustible mas barato que la gasolina. Sin embargo, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ha alterado las reglas de la competencia. Una parte importante del gasóleo consumido en Europa era de origen ruso, y la capacidad europea de refino de gasóleo no es suficiente para nuestro abastecimiento. Con las gasolinas no ocurre lo mismo, y a consecuencia de ello, el gasóleo ha pasado a ser más caro que la gasolina. Esta tendencia no parece tener visos de revertirse a corto plazo.
El diésel es más caro que la gasolina, pero el coche diésel, a igualdad de potencia, sigue siendo más eficiente que su homólogo de gasolina - especialmente en condiciones reales de circulación. La diferencia real en consumo puede ser hasta un 30% más favorable al coche diésel, especialmente si hablamos de vehículos como un todocamino. También hemos de tener en cuenta que la guerra ha puesto en pausa los planes del Gobierno de equiparar la carga impositiva del diésel a la de la gasolina, pero en un futuro, los cambios en la fiscalidad podrían encarecer aun más el gasóleo.
El gasto monetario por kilómetro del coche diésel ha subido, pero sigue siendo muy favorable con respecto al vehículo de gasolina. Esto, no obstante, nos lleva cómodamente a la pregunta que cualquier potencial comprador de un coche diésel debería hacerse.
¿Para qué vas a utilizar el vehículo?
Aunque hubo una época en nuestro país en la que más del 70% de los coches vendidos tenían un motor diésel, la realidad es que el coche diésel nunca ha sido el más versátil en su tipología de uso. Un coche diésel está especialmente indicado para aquellas personas que hacen mucha carretera, autopista o vías rápidas. Es ideal para aquellos que recorren muchos kilómetros al año, y es ideal para los que no pisan mucho la ciudad - principal enemiga de un coche diésel moderno, como os contaremos un poco más adelante.
En vías rápidas es donde el consumo del coche diésel es especialmente favorable, y es donde marca la diferencia con respecto a un gasolina, especialmente en coches grandes o pesados. Hay que tener en cuenta que el mantenimiento de un coche diésel es algo más caro que el de un coche de gasolina, al igual que lo es su precio de compra a igualdad de potencia y prestaciones. Por todo ello, necesitamos recorrer un importante número de kilómetros al año para poder amortizar adecuadamente esa diferencia en coste de compra y mantenimiento.
Si vas a hacer menos de 15.000 km al año, no te saldrán las cuentas con el diésel.
A sus sistemas anticontaminación no les gusta la ciudad
Una de las razones del coste elevado de un coche diésel son sus avanzados y complejos sistemas anticontaminación. Mas allá de la EGR, cuentan con complejos filtros de partículas y sistemas de reducción catalítica, con inyección de AdBlue en los gases de escape. Estos sistemas permiten que sean tan limpios como un coche de gasolina y tengan su mismo distintivo ambiental, pero al mismo tiempo, hacen que sean vehículos adversos a los recorridos cortos, la conducción urbana y los desplazamientos que no les permiten alcanzar su temperatura óptima de funcionamiento.
Cuando no se alcanza esta temperatura óptima, se comienzan a acumular depósitos de carbonilla en componentes como la EGR - y por tanto, en la admisión - además de saturarse de forma prematura el filtro de partículas, cuya regeneración sucede a temperaturas altas sostenidas en el tiempo. Estos sistemas funcionan de forma idónea en largos viajes por carretera, pero pueden ser propensos a saturaciones y averías prematuras si abusamos de trayectos cortos en frío, o apenas salimos ciudad. Es algo a tener muy en cuenta si estamos pensando en comprar un coche diésel.
La esperanza híbrida: un diésel con etiqueta ECO es posible
La electrificación del parque móvil avanza a pasos agigantados. La hibridación no se suele llevar bien con los motores diésel a causa de los constantes arranques y paradas del motor térmico, además de su mayor peso, y la necesidad de que sus sistemas anticontaminación operen en un rango concreto de temperatura. No obstante, es muy sencillo lograr que tu coche diésel tenga una etiqueta ECO de la DGT gracias a la hibridación ligera. La hibridación ligera combina un motor convencional con un pequeño motor eléctrico adicional de apoyo.
Este pequeño motor suele estar conectado al cigüeñal del coche mediante una polea y no solo apoya al motor térmico de forma puntual, si no que hace más fluido y efectivo el funcionamiento del sistema Stop&Start. A la hora de la verdad, el coche diésel híbrido ligero se va a comportar de forma muy similar y va a poder seguir incluso contando con un cambio manual. Aunque esta máquina eléctrica no puede mover por sí misma al coche, nos permite disponer de una etiqueta ECO de la DGT con un sobreprecio muy contenido - y evitar cualquier restricción de las zonas de bajas emisiones.
A mayores, Mercedes es la única marca en ofrecer una alternativa híbrida enchufable en los Mercedes Clase C, Clase E, GLC y GLE. Aunque es una alternativa de precio elevado, permite combinar una autonomía eléctrica superior a 100 km con un motor muy eficiente en un ciclo extraurbano.
¿En qué casos el diésel es la única alternativa?
En este último punto ya hablamos, en primer lugar, de vehículos no disponibles con motores de gasolina, normalmente a causa del uso para el que han sido diseñados. Es el caso de vehículos industriales de gran capacidad de carga o todoterrenos puros, como un Toyota Land Cruiser. Este tipo de vehículos necesitan del mayor par motor de un motor diésel a bajo régimen para llevar a cabo de forma adecuada su propósito. En el caso del vehículo todoterreno, no solo son coches pesados, necesitan maniobrar a muy baja velocidad y tener mucha fuerza disponible en todo momento.
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A mayores, si vamos a remolcar de forma habitual cargas pesadas - ya sea con una berlina o un todocamino - el par motor y eficiencia de un diésel serán muy superiores a un gasolina.
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