Síndrome del impostor

"Soy un fracaso", el 'síndrome del impostor' infecta gran parte de los equipos de trabajo de ciertas profesiones

Detente un momento a mirar a tus compañeros de trabajo. ¿Hay alguno que esté constantemente infravalorándose, creyendo que no se merece los logros que alcanza? Quizás esté sufriendo el 'síndrome del impostor'.

Entrevista a Isabel Aranda

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"Soy un fraude", "no me lo merezco", "no soy digno"... toda una retahíla de autocríticas que día a día se hacen muchísimas personas sin saber que están padeciendo el síndrome del impostor, un fenómeno psicológico "que no tiene entidad clínica, que tiene que ver con cómo nos evaluamos y cómo evaluamos nuestros logros".

Recientemente, la consultoría de RR. HH. HAYS ha publicado un estudio que señala que el 81% de los profesionales españoles confiesan que, en algún momento de su trayectoria profesional, han sufrido el 'síndrome del impostor'. Desde la Newsletter de Antena 3 Noticias hemos hablado con Isabel Aranda, vocal de psicología del trabajo del Consejo de la Psicología de España, para que nos explique los entresijos de esta forma de pensar de nosotros mismos.

Aranda nos cuenta que "las personas que presentan 'síndrome del impostor' lo que tienen es una autocrítica constante. Están siempre exigiéndose a sí mismas, nunca consideran que lo que han hecho es correcto o suficiente, piensan que no son dignos, que no se merecen el éxito, minimizan sus logros. Piensan que son un fraude y que la gente lo va a descubrir, y que en realidad no se merecen estar donde están. En realidad, son personas muy perfeccionistas que buscan hacer las cosas bien, perfectas, hacen un sobreesfuerzo para ello y les cuesta mucho recibir un elogio. Algunas de las personas que tienen 'síndrome del impostor' también lo que hacen es procrastinar, es decir, dejar las cosas sin hacer precisamente para no enfrentarse con la posible realidad de no conseguirlo".

Este síndrome es en definitiva, una consecuencia directa de un problema de autoestima. "Cuando tú no te valoras bien, de hecho lo que haces es una valoración distorsionada de ti mismo, consideras que tú no eres digno de conseguir el éxito, que no estás consiguiendo los logros, que en realidad te cae por suerte" y todo esto es algo aprendido porque, como explica Isabel Aranda, "hemos aprendido desde la infancia a valorarnos poco y mal, de una manera distorsionada".

Tipos de síndrome del impostor

Se habla de varios tipos de 'síndrome del impostor':

  • El perfeccionista: "Ese tipo de personas que tienen unos estándares extremadamente altos, que tienen que conseguir lo perfecto o si no consideran que es una persona fracasada" y añade la profesional: "Este tipo de personas nunca está satisfecho con lo que hace, con su desempeño. Siempre encuentra fallos en su trabajo y claro, eso hace que esté cada vez más inseguro, tenga más dudas y tenga una autocrítica constante que refuerza su baja autoestima".
  • El sobrehumano: Es aquel que quiere destacar en todas las áreas de la vida. "Hacen un esfuerzo enorme por ser el mejor en todos los roles posibles y su sentido del 'yo', su identidad, está ligada a que pueda conseguir todo al máximo nivel, ser los 'top' en todo lo que hacen. ¿Qué puede pasarle a esta persona? Que si no es capaz de conseguir ese nivel tan exigente puede caer en un sufrimiento personal importante".
  • Los expertos: Tienen que ser expertos en todo, no se sienten satisfechos hasta que no dominan el tema y "son los expertos de los especialistas, están constantemente buscando formación, información, reconocimientos de diplomas, no el aplauso porque no lo valoran, sino el reconocimiento formal de lo que hacen. Lo que puede pasar es que se sientan insuficientes, que no son capaces de conseguir las cosas".
  • Genio natural: "Creen que las cosas les salen porque son fáciles y porque tienen esa predisposición y si se tienen que esforzar consideran que entonces están siendo un fracaso porque no les sale a la primera o porque tienen que poner un poco más de esfuerzo".
  • El individualista: Tiene que hacerlo todo por sí mismo, "no piden ayuda a nadie, les cuesta trabajar en equipo y colaborar y prefieren, antes de que otros les puedan evaluar, no colaborar en ningún sentido".

Isabel Aranda señala que superar este síndrome "por uno mismo es un poco complicado" pero añade: "lo que hay que aprender es, mediante terapia psicológica, aprender a valorarnos de una manera correcta y equilibrada. Viendo nuestros logros y lo que somos capaces de conseguir" y finaliza con un sabio consejo: "Hay que tener una mirada amable con uno mismo, y valorarse y apreciarse".

Los trabajadores más expuestos son aquellos de profesiones "que tengan altos estándares de evaluación, por ejemplo, actores, escritores, deportistas, también se da en políticos". Profesiones a las que podemos poner nombres propios, ya que desde Michelle Obama, pasando por Meryl Streep, Emma Watson, Natalie Portman, o la jueza Sonia Sotomayor, todas estas personas han reconocido haberlo pasado.

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