SEPE
El "No soy idiota" que quiere 'ponerle las pilas' al SEPE y su atención al público
José Padilla denuncia que, tras 1.000 llamadas, no le atienden en la Seguridad Social. Ha iniciado la campaña "Atiéndame, soy contribuyente, no idiota" para que se mejore la atención al público.
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La iniciativa sigue los pasos de la que tuvo Carlos San Juan. Le recordarán. Un hombre de 78 años que entregó 600.000 firmas para reclamar un trato más humano a los bancos con los mayores. Ahora José Padilla ha tomado el testigo con un "No soy idiota", pero para alzar la voz contra el "agujero negro" en el que se ha convertido dice "la atención presencial e incluso telefónica para realizar gestiones ante las Administraciones Públicas".
Este hombre ha iniciado la campaña "Atiéndame, soy contribuyente, no idiota" para recoger firmas en Change.org. "A las ministras de Sanidad y de Inclusión y Seguridad Social, a todos los altos cargos, sindicatos y aquellos probos funcionarios públicos", empieza la campaña "que con su inacción y falta de empatía, no atienden las necesidades de sus conciudadanos contribuyentes".
Más de 1.000 llamadas
José denuncia que ha llamado en más de 1.000 ocasiones a la Seguridad Social sin éxito. Quiere traer a su suegra de Inglaterra y, a pesar de tener toda la documentación necesaria, no ha conseguido realizar el trámite después de dos meses y medio intentándolo. Cree que el covid se ha utilizado como excusa para deteriorar la atención al ciudadano en estos dos años de pandemia.
"En la Seguridad Social es imposible lograr una cita. Ni presencial, ni telefónica", asegura José que añade además: "el vuelva usted mañana ha sido sustituido por contestadores automáticos impersonales que llevan a bucles sin fin".
Varios meses de retraso
Los funcionarios y los sindicatos denuncian que les sigue faltando personal y que no dan abasto para desenmarañar el atasco en el que se encuentran sumidos muchos de los organismos públicos. Esto está haciendo que algunos trámites acumulen ya retrasos de varios meses, con la consiguiente desesperación de los ciudadanos.
La gestión online se convierte además en muchas ocasiones, según denuncia José, en “un objetivo inalcanzable para un elevado porcentaje de ciudadanos que se enfrentan a páginas tan poco amigables como comprensibles”.
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