El exjefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, dio por bueno lo que Miguel Blesa le decía que iba a cobrar como sueldo en Caja Madrid, del que formaba parte la tarjeta opaca por cuyo uso está imputado, por lo que nunca comprobó si efectivamente se correspondía con lo que efectivamente ingresaba.
Spottorno relató durante su comparecencia como imputado el pasado 13 de marzo en la Audiencia Nacional que fue el ex director financiero Ildefonso Sánchez Barcoj quien le entregó una tarjeta a los pocos días de haber asumido su cargo como director de la Fundación Caja Madrid en octubre de 2002, según el contenido de su declaración. Fue entonces cuando le comunicó que era de libre disposición, con un límite de gasto que "en ese momento él mismo fijó en 22.000 euros anuales", al tiempo que le informaba de que "no recibiría información ni extractos" porque su titular era Caja Madrid, entidad que "se ocuparía de todo lo concerniente a esa tarjeta".
Aunque no tiene la "certeza" de si Barcoj hizo alusión a la fiscalidad de la visa, su "espíritu estaba claro: esta tarjeta es de Caja Madrid y Caja Madrid se ocupará de la tarjeta", con la que Spottorno gastó 223.864 euros en artículos como ropa, muebles o electrodomésticos. Para no sobrepasar el límite, llevaba "una contabilidad más bien casera", ya que nadie le informaba del dinero que llevaba consumido, de forma que se aproximaba "lo más posible, pero probablemente" se quedaba a "unos pocos cientos de euros" del tope. "Tampoco estaba al céntimo; calculaba como iba mi ritmo de gasto y, de hecho, me mantuve dentro de los límites que me fijaron, pero se que utilicé la inmensa mayor parte del saldo posible", resumió.
Cualquier modificación del saldo de su tarjeta también se la decía Barcoj, pero lo concerniente a su salario era el expresidente de la Caja, Miguel Blesa, el que le daba los pormenores, aunque entre ellos nunca hablaron de las visas. "Las modificaciones que se produjeron, se producían con una llamada de teléfono del señor Blesa", aclaró. Como entendía esta visa como parte de su salario, no se interesó por su fiscalidad porque "daba por bueno" que, tal como le dijo Barcoj, la caja se encargaba de ello.
"Yo declaraba en mi IRPF", aseguró Spottorno, para explicar que el certificado que le entregaban lo presentaba en su declaración de la renta y "que coincidía además en sus magnitudes con el avance" que le daba Hacienda de lo que había ingresado. "¿Y no comprobaba usted si eso correspondía con lo que le había dicho el presidente que iba a cobrar usted como salario?", le pregunta el fiscal, a lo que responde: "No, no lo comprobaba. Di siempre por bueno que el certificado que me daban era correcto, tenía que presumir que lo era".
Spottorno estuvo más de un año sin retirar en efectivo "porque no tenía el numero pin", hasta que "algún compañero del Comité de Dirección" le comentó que era posible, lo que le llevó a preguntar a Barcoj si estaba permitido. "Ah, ¿no te lo he dado? Pues te lo mando enseguida", le contestó el exdirectivo, tras lo cual empezó a operar en cajeros.
El 31 de marzo de 2011, día de su marcha, devolvió esta tarjeta y también otra que tenía para gastos de representación, con la que no podía sacar en efectivo y por la que sí tenía que entregar los justificantes, principalmente de "almuerzos" porque no "solía cenar con gente por ahí".
También efectuó "algún viaje por España" porque "viajaba mucho con los problemas de la Fundación" y "algún hotel", pero "tal cual" llegaba, entregaba a su secretaria la factura.