Las cajetillas de cigarrillos subirán previsiblemente entre 20 y 25 céntimos en plena Semana Santa, después de la modificación fiscal aprobada el pasado viernes por el Gobierno, que supone un incremento "encubierto" de los impuestos especiales del tabaco, según señalaron en fuentes del sector.
La industria tabaquera se ha mostrado "sorprendida" por la forma en la que se ha reestructurado el gravamen y considera que "no beneficia a nadie".
En estos momentos, los operadores están analizando cómo afectará al mercado y cómo reaccionará la competencia al nuevo esquema fiscal, aunque coinciden en señalar que es muy posible que el cambio conlleve un movimiento de precios al alza, que podrían iniciar las marcas líderes.
"La nueva estructura obliga a incrementar en 20, 23 o 25 céntimos el precio por cajetilla en función de la marca. Otra cosa es si las empresas quieren absorber la subida fiscal, aguantar el tirón e ir contra la rentabilidad", apuntan las mismas fuentes.
De hecho, afirman que una vez anunciado el pasado viernes el cambio en el sistema de tributación, se produjo una gran demanda de tabaco por parte de los estancos ante la previsión de que las tabaqueras suban los precios próximamente.
Desde el sector critican que el Ejecutivo no haya acompañado esta medida de un incremento del impuesto mínimo, que limita la competencia de las marcas más baratas, ni introducido un mecanismo de actualización automática, así como que no haya "tocado" el tabaco de liar, lo que, según pronostican, provocará un traspaso del consumo a categorías de precio inferior.
En el mismo sentido se pronuncian los estanqueros, quienes coinciden en que se trata de un "alza fiscal en toda regla" que puede causar un auge de las marcas más baratas.