El Tesoro Público adjudicó 3.479 millones de euros en letras a tres y seis meses y tuvo que elevar el interés de ambas denominaciones en seis décimas respecto al aplicado en la anterior emisión, según los datos de mercado.
En la subasta el Tesoro ha adjudicado 1.384,5 millones de euros en letras a tres meses con un interés marginal del 2,35 %, por encima del 1,749 % anterior, y 2.094,6 millones de euros en letras a seis meses, con una rentabilidad del 3,34 %, también más alta que el 2,73 % precedente.
La demanda de las entidades ha sido de 9.666 millones de euros, de nuevo mucho más alta que el objetivo de colocación, que oscilaba entre 2.500 y 3.500 millones de euros, lo que refleja una vez más el interés que despierta la deuda pública española en el mercado.
Sin embargo, el mayor rendimiento que se ha visto obligado a ofrecer el Tesoro para colocar esta emisión de letras también es consecuencia de la incertidumbre que impera en los mercados, con una Unión Europea (UE) dividida e incapaz de concretar sus planes definitivos para salir de la crisis de deuda, lo que perjudica su credibilidad y amenaza la estabilidad del euro.
A la espera de otra cumbre en Bruselas
Tras un fin de semana plagado de reuniones y sin tomar ninguna decisión en firme, los líderes de la UE celebran mañana otra cumbre en Bruselas, para decidir la quita de la deuda de Grecia, la recapitalización del sector financiero y la ampliación del fondo europeo de estabilización financiera.
De momento, la canciller alemana, Angela Merkel, que es quien realmente toma las decisiones en Europa, ya adelantó ayer algunos datos, como que la capacidad crediticia del Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF) superará el billón de euros o que el recorte de la deuda griega podría oscilar entre el 50 y el 60 %.
En esta ocasión, todos los ojos estarán puestos en Italia, cuyo primer ministro, Silvio Berlusconi, recibió el pasado fin de semana un duro rapapolvo de sus socios comunitarios por el elevado nivel de endeudamiento del país, aunque ayer su Gobierno no pudo aprobar la reforma del sistema de pensiones, una de las cosas que le exige la UE.
España, por su parte, acudirá reforzada a esta cumbre, tras el apoyo recibido el fin de semana por parte del presidente francés, Nicolás Sarkozy, que dijo que el país "ya no se encuentra en primera línea de los problemas económicos y financieros de la zona del euro", gracias a los "esfuerzos" del Gobierno de Zapatero y también "al sentido de la responsabilidad" de la oposición de Mariano Rajoy.