Vivienda
Las trabas para los inmigrantes para empadronarse en A Coruña: algunos caseros les piden pagos de hasta 400 euros para ello
Ante esta situación, estos inmigrantes tenían la opción de empadronarse en algún órgano social de la ciudad. Ahora, esta vía también se complica, ya que se han replanteado los requisitos.
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Son muchos los inmigrantes, especialmente de Latinoamérica, que viven en la ciudad gallega de A Coruña. También son muchos los que todavía carecen del padrón de la ciudad, lo que les abre otras muchas puertas como acceder a la escolarización de los más pequeños, la asistencia sanitaria y demás necesidades.
Sin embargo muchos encuentran problemas para empadronarse en la ciudad por cuenta de sus caseros. Son varios los caseros de la ciudad herculina que hacen negocio con la situación de estos inmigrantes, solicitándole cuantías monetarias para que estos puedan solicitar el empadronamiento en los pisos en donde viven.
Esto ocurre, señala Ana Louzán, responsable de programas de acción social en la Asociación Viraventos, "en habitaciones que se alquilan en precario", esto es, sin contrato. Así, se genera un mercado irregular alrededor del empadronamiento en la ciudad. “Algunos me han dicho que les pedían hasta 400 euros para poder empadronarse”, cuenta José Fernández Pernas, presidente de la Asociación Renacer en A Coruña. "Ya sufren lo suyo y, aún por encima, se aprovechan de ellos".
¿De dónde viene esta situación?
Cuando los alquileres son legítimos, no hay ningún problema para el empadronamiento, al haber un contrato de por medio. El obstáculo está en aquellos alquileres de habitaciones a personas inmigrantes que son realmente subarrendaciones. Ahí no hay contrato de por medio, por lo que el arrendador no puede empadronarse con esa dirección. Además, de hacerlo, el arrendatario perdería ayudas sociales, pues para estas se tiene en cuenta la unidad en la vivienda. Ahí entra la coacción y el negocio.
El problema se agrava porque desaparece, para estas personas, una opción muy importante en A Coruña. "Antes en la ciudad había una serie de entidades sociales que permitían que las personas se empadronasen", explica Louzán. De este modo, a pesar de que una persona viviese en una habitación en un piso compartido del cual no podía usar la dirección para empadronarse, sí que podía solicitar el padrón y, con él, agilizar todo lo demás. Y es que explica: "Todo empieza con el padrón, sin él no constas, no existes". Para la protección internacional, para la escolarización, para todo es necesario tener el padrón como primer paso.
Renacer, el albergue de Padre Rubinos o la Cociña Económica eran tres de las asociaciones que prestaban este servicio social. Pablo, trabajador social de Cociña Económica en A Coruña: "Mucha gente vive de alquiler en otras habitaciones en A Coruña y están empadronados aquí desde hace décadas". En Renacer han dejado de ofrecer esta posibilidad, así lo explica su presidente, José Fernández Pernas: "Suponía una masificación de recursos municipales, observamos que el empadronamiento estaba sobresaturando la situación de estos recursos".
Pablo, trabajador social de Cociña Económica, entra más en detalle. "Desde 2019 estamos viviendo un escenario social con un flujo constante muy importante de población y parte de ella recae en entidades sociales municipales", explica, "el servicio de empadronamiento es uno más de esos servicios que ofrecemos, pero hubo que revisar esas cuestiones de empadronamiento porque no podíamos responder a la demanda". También se vieron sobresaturados, de modo que, de mano del ayuntamiento, restablecieron unos filtros que acotaron más la posibilidad de empadronarse en las asociaciones. Así, ahora permiten empadronarse a personas con residencia efectiva en la ciudad y que tengan un plan de trabajo establecido ya en la asociación.
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