UGT celebra entre este miércoles y el próximo sábado en Madrid su 42º Congreso Confederal, con el que pretende abrir una nueva etapa en el sindicato: se marcha su actual secretario general, Cándido Méndez, tras 22 años en el cargo y cambia la estructura de la organización, que dejará de tener seis federaciones para tener sólo tres.
Bajo el lema 'La Unión en pie', los 601 delegados de UGT que participarán en el Congreso deberán elegir al nuevo secretario general de entre tres posibles aspirantes: Josep María Álvarez, actual secretario general de UGT-Cataluña; Gustavo Santana, secretario general de UGT Canarias, y Miguel Ángel Cilleros, secretario general de la Federación de Servicios para la Movilidad y el Consumo de UGT.
Los tres han manifestado su intención de presentar su candidatura en el Congreso, para lo que deben contar con el aval de al menos el 25% de los delegados. Álvarez y Cilleros dicen contar ya con ese respaldo y la duda está en si Santana conseguirá reunir o no los avales suficientes. Se trata de una situación inédita en UGT, pues en sus 128 años de historia nunca había ocurrido que tres personas se disputaran la Secretaría General.
Josep María Álvarez, nacido hace 59 años en Asturias y líder de UGT en Cataluña desde 1990, es, aparentemente, el mejor situado para relevar a Méndez. En la presentación ante la prensa de su candidatura, Álvarez dijo contar con un apoyo superior al 50% y para exhibirlo se rodeó de varios secretarios generales de uniones territoriales y federaciones de UGT, como el del Metal, el de Servicios Públicos o el de Madrid.
Pero los delegados que asisten al Congreso de UGT no votan en bloque. Su voto es personal y secreto y ya hay quienes se han desmarcado del apoyo a Álvarez mostrado por los secretarios generales de sus organizaciones, lo que podría facilitarle el camino a Miguel Ángel Cilleros, de 53 años.
A Cilleros se le ha considerado como el candidato de Méndez por su perfil y su objetivo, de ganar la Secretaría General, es conseguir hacer de UGT un sindicato más ágil, más fuerte y más eficiente para reconquistar el espacio que cree que se le ha arrebatado a los trabajadores durante la crisis.
El tercer candidato es Gustavo Santana, de 40 años, y dirigente de UGT-Canarias desde 2011. Dice que su candidatura no es continuista y se presenta como un gran renovador para el sindicato. De hecho, apuesta por que en UGT se puedan hacer primarias y por rebajar del 25% al 10% el nivel mínimo de avales para poder presentar una candidatura.
Los tres coinciden en algunas cosas, como en la necesidad de derogar la reforma laboral y potenciar el sindicato, y discrepan en otras, como en el tema catalán. A Álvarez puede pesarle el haberse declarado partidario del derecho a decidir y cree que no ha sido casualidad que Cándido Méndez haya hablado sobre esto en sus últimas entrevistas. Pero Álvarez asegura que la postura que defiende la organización ante el problema catalán no cambiará si es elegido secretario general.