De Guindos ha anunciado una modificación de la ley actual para que los bancos no puedan embargar a determinadas familias con todos sus miembros en paro y que carecen de ingresos.
En nuestro actual sistema, si la subasta de la vivienda hipotecada no cubre el coste total del préstamo, el propietario endeudado continúa debiéndole dinero al banco, aunque haya entregado la vivienda.
Eso puede cambiar ahora para determinadas familias que cumplan los requisitos establecidos por el ministro de Economía. Según De Guindos aquellas familias con bajos ingresos, por debajo de lo que él ha llamado 'umbral de riesgo de exclusión social' todavía sin determinar, y también con todos sus miembros en paro, podrán salvarse del desahucio. A su vez el Gobierno impondrá a los bancos un nuevo 'código de buenas prácticas'.
El primer paso será modificar la ley para fijar el 'umbral de riesgo de exclusión social', esto es establecer el límite a partir del cual una familia queda protegida del deshaucio. Como ha comentado el ministro, protegidos dentro de este 'umbral' se encontrarían los hogares con todos sus miembros en paro y que carecen de ingresos.
En cuanto a las ejecuciones, según De Guindos, se amplía el plazo: deberán pasar dos años desde que se constate el impago de la hipoteca hasta la ejecución. En esos 24 meses se propone que dichas familias paguen una renta justa. Se estudia además que el pago de intereses, más alto en los primeros años de la hipoteca, contabilice para el pago principal, de manera que se reduzca el total del préstamo para este tipo de familias.
Lo bancos, quienes tienen la última palabra en estos casos, por ello el Gobierno pretende incluir estas medidas en un 'código de buenas prácticas' par alos bancos.
La modificación de la ley tiene carácter irretroactivo
La modificación de la ley no tendrá carácter retroactivo, es decir, aquellas familias afectadas por los deshaucios hasta que la modificación no se verán beneficiadas por las nuevas medidas. Esto es lo que le ha ocurrido a una familia de Barcelona que ha sido deshauciada a pesar de cumplir todos los requisitos que se han establecido: dos años y medio sin pagar la hipoteca, el mismo tiempo que lleva el matrimonio sin empleo, y sobreviviendo gracias a los servicios sociales.
"Te ves con dos hijos y no tienes qué darles ni para comer y encima con una deuda de por vida", asegura una madre de la citada familia de Barcelona. En 2007 hubo casi 26.000 deshaucios en nuestro país y la situación ha empeorado, en 2010 la cifra se multiplicó prácticamente por cuatro.
