Galicia

VÍDEO: Una concentración vecinal consigue que unos okupas abandonen una vivienda en Pontevedra

Decenas de vecinos se concentraron a las puertas de la vivienda en la que hace unos días se había instalado una pareja de manera ilegal. Los manifestantes acabaron entrando en la casa.

Vídeo: Una concentración vecinal consigue que unos okupas abandonen una vivienda en Pontevedra

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La concentración comenzó de manera tranquila aunque también hubo momentos de tensión. Los vecinos de Combarro, en el ayuntamiento de Poio, en Pontevedra, convocaron esta manifestación a las puertas de esta vivienda okupada porque quieren dejar claro desde el principio su rechazo a esta situación.

La pareja que okupó este inmueble llevaba apenas cuatro días en su interior y, a priori, no se habían producido incidentes, pero el barrio tenía claro que no quería dejar pasar la situación. Se trata de una zona de costa, muy turística y hay algunas viviendas que actúan como segunda residencia. El mensaje de los vecinos era claro. No permitirlo.

Una vivienda vacía propiedad de la Sareb

En este caso se trata de una casa propiedad de la Sareb, el llamado banco malo que se encontraba vacía. Según las primeras informaciones publicadas, un hombre y una mujer accedieron a ella el pasado viernes forzando la puerta de entrada. Rápidamente cambiaron las cerraduras y se hicieron con el control del inmueble.

También activaron la electricidad y los vecinos se percataron de que había gente en su interior precisamente al ver la luz por la noche.

A través de las redes sociales se convocó una concentración que pretendía mostrar el rechazo ante esta situación pero que acabó consiguiendo al más, que los okupas abandonaran la vivienda en tiempo récord.

La okupa grabó la manifestación con su móvil

La primera imagen curiosa de la manifestación fue ver a la mujer que se encontraba en la vivienda asomarse a la ventana y grabar con su teléfono móvil a los vecinos que se encontraban frente a la casa. Esto no sentó demasiado bien entre los asistentes.

También mostró algunos papeles por la ventana, posiblemente intentando demostrar algún tipo de vinculación con la casa. El caso es que la actitud no gustó a los que allí se encontraban y los gritos no tardaron en llegar. Los vecinos pedían la salida de los okupas diciendo: “Fuera, fuera”. La tensión fue creciendo y finalmente las decenas de personas allí concentradas acabaron por entrar en la casa y subir las escaleras para encontrarse con los moradores.

También estaba presente el alcalde de Poio, Ángel Moldes, mediando en esta situación que no llegó a ponerse violenta ni escaló más allá, si bien es cierto que la Guardia Civil decidió desalojar la casa pidiéndole a los que se encontraban dentro que abandonaran el inmueble.

No hubo resistencia. Los vecinos salieron y el alcalde pudo hablar con los okupas que aceptaron abandonar el lugar tras recoger sus cosas. Su petición fue que les pidieran un taxi, algo que el regidor aceptó.

Él mismo dio la noticia a los vecinos que celebraron la resolución de la situación. Una vez la casa quedó vacía, una empresa de seguridad contratada por la Sareb instaló una alarma y unas puertas antiokupación para que la situación no se repita.

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