Tras concluir la III Reunión de alto nivel hispano-turca y después de una nueva jornada de turbulencias financieras, Zapatero ha reconocido que es "muy malo" mantener elevado el diferencial de la deuda porque encarecerá la financiación tanto del Estado como de las empresas, pero ha garantizado que España "va a soportar esta situación".
Según ha apuntado, no hay nuevas medidas previstas para hacer frente a estas turbulencias, pero estima que la reforma de la Constitución para asegurar la estabilidad presupuestaria, que se tramita en el Parlamento, "sin duda" ayudará al país a preservar su credibilidad para mantener su capacidad de financiación y reducir las tensiones.
"Lo vamos a comprobar", ha añadido, antes de recordar las medidas adoptadas desde 2009 para reducir el déficit o reformar el sistema financiero, con "muchos esfuerzos y muchos sacrificios", ha dicho, por parte de los ciudadanos, y ha recalcado que esas iniciativas han hecho ganar credibilidad y confianza en España.
A pesar de que la actual situación, en la que resulta más caro financiarse, puede afectar a la débil recuperación económica y, por lo tanto, a la esperada creación de empleo, Zapatero ha insistido en mostrar su confianza en la "fortaleza" del país y ha señalado que el Gobierno tiene previstos los posibles escenarios hasta fin de año.
De hecho, ha recordado que ya había vaticinado que tras los problemas registrados en agosto los mercados se avecinaba "un mes de septiembre y posiblemente octubre con tensiones financieras serias".
El problema de fondo, según Zapatero, es Grecia, que sigue generando "gran inquietud" y que seguirá afectando a los mercados mientras no haya una respuesta "clara, firme y contundente".