Semillas
Almacenan más de un millón de muestras de semillas para regenerar cultivos en caso de catástrofe
El Banco Mundial de Semillas de Svalbard de Noruega es una fortaleza prácticamente infranqueable que conserva millones de muestras de semillas para que no se pierdan los cultivos en caso de guerra o catástrofe.
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Los cereales, las frutas, las verduras y las legumbres son una parte fundamental de la alimentación. Por eso, es de vital importancia que nunca lleguen a perderse sus cultivos.
En Noruega existe un centro bajo el nombre de Banco Mundial de Semillas de Svalbard que, desde 2008, se encarga de recibir y almacenar muestras de diferentes semillas que proceden de todas las partes del mundo. En Svalbard ya cuentan con más de un millón de estas muestras, cuyo objetivo es ser utilizadas para regenerar cultivos en caso de que suceda una catástrofe natural o se sufran los efectos de una guerra -como podría ser el caso de Ucrania una vez se de por finalizado el conflicto-.
A pesar de que más de 80 países hayan colaborado con este Banco Mundial de Semillas de Svalbard, acceder a él es prácticamente imposible, pues se trata de una auténtica fortaleza situada en una remota isla noruega.
España también cuenta con un almacén de semillas
El Centro de Recursos Fitogénicos es el equivalente español del Banco Mundial de Semillas de Svalbard y el lugar desde el que salió el último envío de ejemplares a Noruega.
"Se han llevado 1.000 muestras de las 44.000 que hay de maíces, hortícolas y leguminosas", ha afirmado Luis, trabajador encargado de realizar esa entrega. Este proceso se llevó a cabo "en latas en unos sobres de aluminio trifoliado parecidos a donde se conserva el café".
Este Centro de Recursos Fitogénicos es prácticamente un búnker que se encuentra a 150 metros de profundidad. Además, está fabricado a prueba de la radiación solar, de los terremotos de grado 10 y de las erupciones volcánicas. Todo ello se debe a que, al igual que ya se ha mencionado con el centro noruego, la conservación de las muestras de semillas es de vital importancia para la supervivencia de la vida en la Tierra.
"En caso de un debacle mundial, allí se seguirían conservando las semillas durante mucho tiempo", ha continuado Luis. Es precisamente por esto, por la capacidad de recuperar cultivos tras un desastre natural o una guerra, lo que ha hecho que a esta cámara acorazada se la conozca ya como "la cámara del fin del mundo".
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