Mosca negra
Las altas temperaturas provocan un repunte de la plaga de mosca negra en España
Los expertos no recuerdan un verano con un repunte de plagas tan elevado. Las altas temperaturas están favoreciendo su expansión y la mosca negra tiene más presencia que nunca en nuestro país.
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Las olas de calor son caldo de cultivo para la proliferación de plagas. Este año, la mosca negra es la clara protagonista del verano. Tiene más presencia que nunca y, mientras que en años anteriores solo aparecían al atardecer, ahora lo hacen durante todo el año. El cambio climático hace que tengan mayor tiempo de reproducción y acelera su metabolismo, lo que hace que se reproduzcan más veces.
En la localidad madrileña de Getafe, los vecinos se han visto obligados a salir a la calle con pantalones largos y manga larga para evitar las mordeduras. Incluso, algunos han acabado en el hospital porque su mordedura les ha ocasionado reacciones alérgicas. Los vecinos denuncian que la fumigación es insuficiente porque esta especie de mosca se desplaza hasta 30 km desde otras zonas cercanas a la ribera del Manzanares.
La mosca negra se diferencia de la mosca común en que la primera es más pequeña y alargada que la habitual. Mide entre 3 y 6 mm, tiene las patas más cortas, las alas más grandes y pueden llegar a picar hasta 4 o 5 veces de una vez. Las regiones más afectadas en nuestro país por la presencia de mosca negra son Andalucía, Aragón, Cataluña, Madrid, Murcia y Valencia.
La mosca negra puede transmitir enfermedades infecciosas
Los expertos no recuerdan un verano con un repunte de plagas tan elevado. Las altas temperaturas están favoreciendo su expansión, y ese es el motivo por el que se vivirá un nuevo repunte crítico.
Más allá de las molestas picaduras, la mosca negra es transmisora de enfermedades infecciosas como la oncocercosis, también conocida como la 'ceguera de los ríos', y puede causar graves afecciones a la piel y a los ojos que pueden llevar en los peores casos a ceguera. Esta infección es frecuente en varios países del África subsahariana, Brasil y Venezuela.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en estos países hay alrededor de 18 millones de personas infectadas y más de 270.000 se han quedado ciegas debido a esta enfermedad.
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